En los últimos años nos hemos acostumbrado a ver contaminación por todas partes, y de hecho, la presencia de polución por microplásticos en aguas, nieves y sedimentos de la Antártida o el océano Ártico ni siquiera es algo nuevo.
Tal y como dijo la investigadora del Instituto de Estudios Marinos y Antárticos de la Universidad de Tasmania al frente del estudio, Anna Kelly, a The Guardian, "la lejanía del océano Austral no ha sido suficiente para protegerlo de la contaminación plástica, que ahora es omnipresente en todos los océanos del mundo".
Encontrar plástico en una muestra de hielo de la Antártida no es buena noticia porque habla de un problema que pone en riesgo a todas las especies. Y es que el plástico hallado estaba rodeado de algas, lo que levanta la sospecha de los científicos de que el krill de la zona, que está en la base de la cadena alimenticia, pueda estar alimentándose de esas partículas de plástico.
"El hielo marino es el hábitat de especies clave de forrajeo. El kril define todo lo demás en la cadena alimenticia y depende de las algas del hielo marino para crecer", dice el profesor asociado Delphine Lannuzel, que formó parte del equipo que realizó la perforación del hielo. De manera que este fenómeno habla de la "bioacumulación de plásticos en el kril y en las ballenas", tal y como cita a Lannuzel el medio estadounidense.