El mandatario argentino propuso "un sistema de integración latinoamericana" que permita luchar contra el COVID-19 y contra el descalabro económico que provocará en sus respectivos países, informó el Ejecutivo argentino en un comunicado.
Durante la conversación telefónica, que se prolongó por 45 minutos, los dos presidentes reconocieron que el impacto de la pandemia tiene dos efectos adversos: la propia lucha contra la enfermedad y la recesión.
En lo que les atañe a Argentina y Chile, trabajarán de manera conjunta para facilitar el tránsito de personas y cargas por los pasos fronterizos "con todas las medidas de precaución sanitarias".
Los dos países diseñarán también en un sistema que integre las aduanas de sus respectivos países, una tarea que será encomendada al Ministerio de Relaciones Exteriores de cada nación.
La conversación entre los dos jefes de Estado tuvo lugar a casi dos semanas de la videoconferencia que compartieron el ministro argentino de Salud, Ginés González García, y de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, con sus pares de Chile, Jaime Mañalich y Teodoro Ribera Neumann, respectivamente, en torno a las medidas adoptadas en sus respectivos países ante la emergencia sanitaria.
En Chile se infectaron 13.813 personas de COVID-19, de las cuales murieron 198.
La tasa de letalidad del COVID-19 en Argentina es así del 4,9%, mientras que la del país vecino es de 1,4%.
El mandatario argentino anunció el 25 de abril que el aislamiento social y obligatorio se extenderá hasta el 10 de mayo, aunque el confinamiento se flexibilizará para que se pueda movilizar la mitad de la población.