Una investigación del popular portal de noticias Walla! denunció este 6 de mayo que el sistema consta de cámaras de video inteligentes que detectan las matrículas de los vehículos y están repartidas por todo el país.
La denuncia llega en un momento delicado para las autoridades, que en las últimas semanas han sido acusadas de grabar el uso de los teléfonos israelíes para combatir la pandemia de coronavirus.
Los críticos aseguran que este tipo de actividades policiales no están reguladas por ley y por lo tanto son ilegales y suscitan el temor de muchos ciudadanos sobre el peligro de su privacidad.
Un portavoz policial aseguró que todo lo que hace la Policía es legal, a pesar de que estas actividades de vigilancia no aparecen en el Registro de Bases de Datos, en contra de las directivas del Ministerio de Justicia.
El sistema Ojo de Halcón puede situarse en un punto concreto de la carretera, en los accesos y salidas de las grandes ciudades, pero también puede incorporarse a las unidades móviles de los vehículos policiales.
En teoría su objetivo es detectar los coches robados, o incluso evitar atentados terroristas, según la Policía, pero en la práctica se usa para controlar los vehículos civiles en distintas circunstancias.
Según el portal Walla!, el sistema empezó a utilizarse en 2013 y luego fue expandido sucesivamente.
Sin embargo, estas regulaciones no se cumplen. Es más, la Policía se niega a decir dónde están las cámaras, cuál es su número, el número de matrículas de coches que archiva y la exacta duración de la retención de los datos.
La Asociación para los Derechos Civiles de Israel ha denunciado que la Policía está recogiendo y almacenando datos de personas inocentes, y que los datos de vehículos realmente sospechosos apenas constituyen una pequeña fracción de todos los almacenados.