"El pronunciamiento del presidente deja feliz a una minoría que se demostró en las urnas que no logró derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo; el presidente dejó feliz a esa minoría y va en contra de la mayoría de las mujeres que en este país abortan, han abortado o han acompañado a abortar (…) También va en contra de muchos hombres y parejas, porque muchas veces no son solo las mujeres solas las que lo deciden, también lo hace una familia", dijo a esta agencia Celiberti.
El mandatario dijo que se trata de una realidad que ya es "ley" en el país y explicó que a su juicio "Uruguay tiene que tener una fuerte protección a los niños por nacer".
Afirmó que, como había anunciado durante la campaña, su Gobierno tiene una agenda "provida" y habló de fomentar la adopción, de masificar los anticonceptivos y la educación sexual.
Por su parte, Celiberti dijo que con estas expresiones Lacalle Pou consolidó un "campo de derecha conservadora" que confronta con la subjetividad "amplia, diversa y plural" de los feminismos en Uruguay.
"Las miles y miles de mujeres en Montevideo y en todos los rincones del país saldrán a confrontar esta postura (…) La pobreza existe, cosa que el presidente no conoce; entre otras miles de razones, puedo querer abortar para hacer una maestría o simplemente por ser pobre y no tener para mantener un hijo más; él lo simplifica a simplemente engendrar y nosotras le decimos que nuestros cuerpos no están en alquiler", afirmó.
"La prioridad ahora son los derechos de las mujeres que son quienes deciden con ley y sin ley qué van a hacer con su vida y con su cuerpo, eso es incontestable en la realidad de Uruguay, las mujeres abortaron desde 1900", agregó.
El 23 de junio de 2013 se realizó la consulta popular para derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo, sancionada el 22 de octubre de 2012.
Finalmente, las adhesiones a la consulta popular alcanzaron un 8,92% de los habilitados para votar, muy por debajo del 25% requerido para habilitar un referéndum obligatorio sobre este tema.
"La convicción del presidente no le importa a nadie y menos a las mujeres; que tenga la convicción que tenga, es de su ámbito privado (…) Como presidente tiene que garantizar que esta sea una sociedad plural, laica, que se rige por principios democráticos y no religiosos (…) El presidente querrá ir contra los derechos de las mujeres, pero yo le contesto en el más liso y llano lenguaje que no pasará sobre nuestros cuerpos", reflexionó.
No es la primera vez que el Gobierno se encuentra en una polémica por este tema; el 29 de febrero el senador oficialista y general retirado Guido Manini Ríos dijo que el "aborto y la comunidad LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer) son parte del problema" de la constante caída de la tasa de natalidad que este país experimenta desde hace décadas.
Manini añadió que la "agenda de derechos es un título lindo" que "tendría que ser defendido por todos, pero meten cosas que no sé si son derechos".