"Mientras no exista un acercamiento el tango es inviable", sentencia en entrevista con esta agencia Marcelo Bottaro, presidente de la Asociación de Milongas con Sentido Social.
🎥 La milonga de la plaza Dorrego del Barrio de San Telmo, Buenos Aires 🇦🇷
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 12, 2020
Vídeo cortesía de: Ilana Bresker
#⃣ #tango #tangoargentino #milonga pic.twitter.com/KM3apFiN8E
El sistema de milongas en Buenos Aires dejó de funcionar el 11 de marzo, decisión que se tomó en una asamblea convocada por la entidad que dirige junto a la Asociación Organizadores de Milongas (AOM) nueve días antes de que entrara en vigor la cuarentena en todo el país. Desde entonces los milongueros deben resignarse a dibujar los movimientos del tango en el suelo de sus hogares.
"El problema es que el tango se paró antes que nadie y volveremos después que todos", reflexiona Bottaro quien acostumbraba a bailar tres veces por semana. "Pasaba diez u doce horas abrazado a alguien", puntualiza para definir su abstinencia. "Emocionalmente me golpea mucho, pero más temo lo que sucederá después de la cuarentena, qué forma tomará la milonga, porque puede mutar en algo peor que el virus", razona.
🎥 Buenos Aires añora el abrazo de las milongas 🇦🇷
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 12, 2020
Vídeo cortesía de: Ilana Bresker
#⃣ #tango #tangoargentino #milonga pic.twitter.com/WL9Fa9sv70
La milonga es también un lugar en el que se ejercitan derechos básicos muy importantes, interviene Omar Viola, representante de la AOM. "Tiene mucho que ver con un ejercicio pleno de la ciudadanía. Es también un encuentro de género que permite mejorar la relación entre el hombre y mujer para que se unan en el abrazo".
"A diferencia del tango, donde se muestran otras facetas como el virtuosismo, el espectáculo y la competencia, la milonga te hace ser parte desde el abrazo y el respeto a todos los que están en la pista. Sos parte de un conglomerado social muy heterogéneo en el que desaparecen hasta las diferencias sociales. Por eso la milonga es un espacio donde se manifiesta la libertad".
Ayudas
Sin lugar de encuentro en la plaza Dorrego del Barrio de San Telmo, donde cada domingo se improvisaba una milonga, y con todos los centros culturales cerrados por la cuarentena, los tangueros han recurrido al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires para negociar los subsidios que recibirá el sector en virtud de la Ley de Fomento a las Milongas, aprobada en 2016 y reglamentada un año después.
🎥La milonga es un género musical folclórico rioplatense, muy típico de Argentina y Uruguay. Originario de la cultura gauchesca 🇦🇷
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 12, 2020
Vídeo cortesía de: Ilana Bresker
#⃣ #tango #tangoargentino #milonga pic.twitter.com/TGCXSw47ni
El presupuesto original para el régimen de la milonga sera de 9 millones de pesos (130.909 dólares al cambio actual), un monto que se ha mantenido invariable pese a que la inflación acumulada desde 2018 es de 109,2%.
En 2019, 54 milongas se repartieron el subsidio ofrecido por la gestión local, y aunque el Ministerio de Cultura de la capital se ha comprometido a aumentar 50% la partida, se espera que 120 milongas se postulen este 2020 para recibir la prestación.
"Yo y vos no podemos volver al ayer. Paciencia, la vida es así", reza el tango Paciencia creado por Francisco Gorrindo en 1937 y musicalizado por el compositor Juan D'Arienzo. El mejor pronóstico prevé que las milongas se reanuden en el verano austral, si no el año que viene. "Las milongas están comprometidas dada la cercanía y proximidad y estrechez el abrazo", acota Viola. "Es un límite que no presenta ni el cine ni el teatro".
Su compañero Bottaro teme que la milonga tardará en llegar a la desenvoltura de antaño. "Va a costar mucho", reconoce. "Creo que muchos compañeros van a tener que reconvertirse de alguna manera a otro tipo de actividad y tratar de sobrevivir mientras tanto".