La cuarentena colectiva y social, así como protege de la enfermedad, también da paso a otro tipo de dificultades.
Una de estas tiene que ver con la violencia intrafamiliar. Una serie de videos virales en distintas redes sociales, con la etiqueta Pizza911 muestra a una serie de mujeres que explican qué hacer en caso de una agresión de sus parejas mientras se encuentran confinadas en sus hogares.
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Para la activista Laura Franco, integrante de la organización venezolana la Quinta Ola, existe una realidad social que puede resumirse como un objetivo a cumplir en el país: "Visibilizar la pandemia de la violencia machista que se cobra más vidas [en Venezuela] que el coronavirus", afirma.
Definida como una "plataforma comunicacional feminista", la Quinta Ola es una iniciativa que busca "alfabetizar sobre feminismo en Venezuela" y se encuentra conformada por mujeres activistas, con más de una década de lucha en el activismo feminista.
La organización mantiene la expectativa de que su mensaje "eleve los niveles de conciencia en la sociedad venezolana" y siembre en la conciencia una máxima: mujeres y hombres relacionados en condiciones de igualdad y no subordinación.
"Apostamos a la construcción de un feminismo decolonial, nuestroamericano, popular y socialista que permita radicalizar la lucha por una sociedad libre de opresiones de clases, de género, por razón de etnia o edad, las cuales nos transversalizan a todas las mujeres en este continente", expresa Franco mientras comparte una serie de documentos audiovisuales que corresponden al núcleo de su plataforma comunicacional.
Nuevos contenidos para una nueva conciencia
"Despatriarcalizar el pensamiento y construir un nuevo sentido común" es para la organización una de las más importantes metas. Laura Franco explica que para avanzar en esta meta se han visto en la necesidad de repensarse y generar contenidos frescos, digeribles, enfocado sobre todo en personas no feministas, desde una perspectiva educativa, promoviendo la reflexión y el pensamiento crítico, con el fin de desmontar todo el paradigma de creencias y costumbres en los que se sustenta el machismo como cultura dominante.
Pero van más allá. Desde una visión panorámica, identifican las medidas coercitivas unilaterales que los Estados Unidos imponen a Venezuela, como grandes responsables de afectar directamente a la mujer venezolana. Acceso a alimentos, medicinas, medicamentos, artículos de higiene personal son parte de los continuos padecimientos a los cuales contribuye de manera directa lo que denominan es "un bloqueo criminal".
Estrategias de protección durante la pandemia
Desde el 30 de abril, la organización ha comenzado un enorme esfuerzo comunicacional para poner en el tapete de la opinión pública los riesgos que encarna el confinamiento de una mujer junto a su agresor. Proponen al Estado venezolano acciones especiales para una "cuarentena sin violencia machista".
Han hecho público un documento, donde se recogen las propuestas fundamentales para ser incorporadas dentro del plan de emergencia sanitaria que el Estado venezolano ha desarrollado para enfrentar al COVID-19 en Venezuela. Las principales demandas se centran en:
- La ampliación, activación y difusión de un protocolo especial de prevención, atención y sanción de la violencia hacia las mujeres.
- La conformación de una red nacional de voluntarias y voluntarios por la defensa del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en el marco de la emergencia del COVID-19.
- Habilitar casas de abrigo temporales o casas de paso para mujeres víctimas de violencia en el marco de la emergencia por COVID-19.
- Activar la plataforma patria para la lucha contra la violencia hacia las mujeres en la cuarentena, con una encuesta que permita detectar casos de violencia y pueda servir para hacer la denuncia virtual.
- Realizar una fuerte campaña de sensibilización contra la violencia hacia las mujeres y difusión del protocolo de atención especial en cuarentena.
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Para Franco, en "toda conmoción social, guerra o crisis, las mujeres siempre llevamos la peor parte, y esta coyuntura no es diferente. En dos meses se han incrementado exponencialmente la violencia contra las mujeres en el espacio que debería ser el más seguro: su hogar. En un contexto de dependencia económica, precarización de las condiciones de trabajo, aumento de los niveles de estrés y presión, tienden a ser las mujeres y las niñas de nuevo las más propensas a ser víctimas de violencia machista. Por esta razón, Naciones Unidas se ha pronunciado exhortando a sus Estados miembro a construir un plan especial de atención a las mujeres en el marco de la cuarentena, con el fin de salvar su integridad física y psicológica”, explica.
"En la vigente ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia se tipifica el tipo penal femicidio y se define como 'la forma extrema de violencia de género, causada por odio o desprecio a su condición de mujer, que degenera en su muerte, producidas tanto en el ámbito público como privado'. En el debate a la segunda reforma de la ley que está en curso hoy, estamos proponiendo incorporar el tipo penal feminicidio, que refiere a la responsabilidad que tienen los funcionarios y funcionarias que tienen funciones de garantizar los derechos humanos de las mujeres, cuya negligencia, impericia, acción u omisión, tenga como resultado final un femicidio".
— ¿Manejan algún tipo de estadística? ¿En qué fuente se apoyan?
— En la actualidad no manejamos cifras oficiales sobre el número de femicidios ocurridos en el país. Pese a que las instituciones con competencia exponen al país cada cierto tiempo los datos de las cifras de homicidios, el delito de femicidio no está discriminado en ese reporte, lo cual hace difícil, tener los datos de forma oficial que es la fuente que quisiéramos manejar. Creo que ante la ausencia de datos oficiales, entonces lo que queda es ver los datos de los subregistros, como el trabajo del monitor de femicidios que se consigue en la página web de Utopix, realizado desde la recopilación de datos de los medios de comunicación digitales otras fuentes. Hay contradicciones. Hay que ser muy rigurosos porque no toda muerte trágica y violenta de una mujer o niña, califica como delito de femicidio, aunque sí debe ser el primer supuesto que se maneje en la investigación penal.
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— ¿Cómo ha sido la articulación con el Estado venezolano?
— La Quinta Ola intenta puentes de articulación con la institucionalidad del Estado y Gobierno, desde que existimos como plataforma, sobre todo, cuando cumplimos roles de acompañamiento a mujeres víctimas de violencia machista. Unas veces es más fructífera que otras, pero es un intento permanente por insistir en que cada institución cumpla el rol que le corresponde para garantizar los DDHH de las mujeres en nuestro país.
— ¿Y con respecto a los órganos de justicia? ¿Hay también articulación?
— En cuanto a las instituciones que integran el sistema de justicia, debemos decir con toda responsabilidad, hay mucho por hacer en materia de despatriarcalizar estas instituciones, para garantizar el acceso a la justicia de las mujeres que son víctimas de violencia. Trabas como la negación a recibir una denuncia, el intento por conciliar la violencia, deshacer una actuación policial redundan en la revictimización de las mujeres llevándolas a la mayor vulnerabilidad, incluso poniendo en riesgo la vida de las mujeres. También cuando se desestima una causa, se archiva un expediente en el Ministerio Público, cuando los juicios no se concretan, todas son trabas que se han normalizado en nuestro sistema de justicia y que provocan impunidad.
— ¿Cuáles son los próximos pasos de la organización? ¿Qué otras iniciativas adelantan?
— Con el poder constituyente, también asumimos un nivel de articulación, con el fin de elevar propuestas a los proyectos de ley y al capítulo sobre los derechos de las mujeres que tendrá el nuevo texto constitucional que arroje la discusión que hoy está en marcha. Como por ejemplo la planteada reforma a la ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia que está en discusión. Es igual una batalla dura por una nueva cultura, para no retrogradar en nuestros derechos alcanzados, sino, todo lo contrario, profundizarlos, radicalizarlos, en la premisa que siempre podemos tener más derechos y el Estado debe ser garante de los mismos.