La sesión parlamentaria comenzó con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del virus, que hasta el momento se ha cobrado la vida de 27.127 personas.
El presidente Pedro Sánchez ha dicho que desde el inicio de la pandemia su Gobierno ha estado consciente de la gran dificultad que enfrentaría el país al tener que limitar algunas libertades, como la movilidad ciudadana, sin embargo, asegura que no existía otra alternativa para evitar una mayor propagación del virus y el colapso del sistema sanitario.
"No había manera de detenerlo. Había que detener todo para detener al virus. Ha sido duro, pero también eficaz, Ahora estamos mejor, saliendo del túnel".
Sánchez asegura, que desde el inicio del estado de alarma el único objetivo de su equipo ha sido "salvar vidas" y desplegar un escudo, una red social para garantizar que nadie se quedara sin alimentos o recursos durante estos casi tres meses de emergencia sanitaria.
"El estado de alarma es un instrumento del Estado, no del Gobierno. Todas las libertades han persistido durante el estado de alarma, salvo la libertad de contagiar. Ha habido control parlamentario".
Sánchez anunció que el próximo martes, 9 de junio, se aprobará en el Consejo de Ministros un Real Decreto Ley para la nueva normalidad. Este Decreto Ley establecerá todas las medidas de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la pandemia cuando expire el estado de alarma el próximo 21 de junio.
Ejemplo de EEUU
También Sánchez hizo un llamado a la concordia, al respeto a la diversidad cultural, identitaria y política.
"El virus no preguntó por la ideología de los infectados. La pandemia no distinguió territorios ni clases sociales ni ideologías. Virus es un término que viene del latín y que significa veneno. Lo estamos viendo en algunos lugares, señaladamente en EEUU, y no queremos verlo cuajar en España. El veneno es el odio. El veneno del odio es el más dañino porque corroe las sociedades y aniquila las comunidades. Digamos no al veneno del odio, no a la violencia física, no a la violencia verbal, no al insulto ni a la provocación. No queremos eso para nosotros ni para nuestros hijos".
Frente a las constantes críticas de estas formaciones —que en el caso de Vox incluso llegan a calificar de ilegítimo al Gobierno—, Pedro Sánchez afirmó que España necesita dejar de lado la confrontación para "conformar un proyecto de país común" en el que todas partes se reconozcan.
En ese sentido, Sánchez acusó a los partidos de la derecha de querer apropiarse de símbolos comunes para usarlos como arma política contra sus adversarios y aseguró que los españoles deben trabajar "desde la misma bandera".
"Nadie está fuera de la bandera ni tiene derecho a apropiársela ni a utilizarla contra otros. No hay buenos españoles y malos españoles. No usemos el nombre de España en vano ni usemos los símbolos para dividir", señaló.
Las palabras de Sánchez fueron inmediatamente criticadas por los líderes de la oposición.
Las marchas feministas del 8-M y la epidemia
Pedro Sánchez expresó abiertamente su rechazo a las narrativas que vinculan las manifestaciones feministas del 8 de marzo con la expansión de la epidemia de COVID-19, que ya se cobró 27.127 vidas en España.
"El país que necesitamos es el de la igualdad entre hombres y mujeres y yo lo digo alto y claro: ¡Viva el 8 de marzo!", dijo Sánchez.
Las manifestaciones del 8 de marzo congregaron en las principales ciudades del país a grandes masas de personas —en torno a 120.000 solo en Madrid— en los días previos a que la OMS declarara la pandemia, cuando España ya contaba con 600 casos de COVID-19 y una veintena de fallecidos.
En los últimos días la polémica en torno al 8-M volvió a copar gran parte del debate político después de que un juzgado de instrucción imputara al delegado del Gobierno por un delito de prevaricación al autorizar la celebración de las marchas.
Esa investigación abrió una crisis en el Ministerio del Interior después de que el titular del departamento, Fernando Grande Marlaska, decidiera cesar al jefe de comandancia de la Guardia Civil en Madrid por no informar de que el cuerpo envió un informe a la jueza instructora en la que se culpa al Gobierno de permitir las marchas pese a ser conocedor de que suponía un riesgo para la salud pública.
Ese informe —nutrido de recortes de prensa descontextualizados e informaciones falsas circuladas en redes sociales— concluye que "el Gobierno ya conocía desde el mes de enero la gravedad real de la epidemia del coronavirus".
En su intervención ante el Congreso, Sánchez insistió en que "ningún Gobierno del mundo estaba preparado" ante la pandemia y pidió a la oposición abandonar "las presunciones de culpabilidad", las "acusaciones gruesas de mala fe" y las "conspiraciones inverosímiles".
"Ustedes ocultaron información y se han atrevido a venir a esta tribuna para gritar viva el 8 de marzo, que en este contexto es lo mismo que decir viva la muerte", dijo Abascal.
Contexto
El ejecutivo afronta esta votación con la prórroga del estado de alarma asegurada tras conseguir el sí del PNV y Ciudadanos y la abstención de ERC. Para ello, el Gobierno pactó con los partidos nacionalistas la recuperación de competencias de los presidentes autonómicos en el tramo final de la desescalada, en la fase tres. Con la formación naranja acordó medidas del último decreto de la desescalada sean idénticas en todas las regiones del país.
Por otro lado, en el no se sitúan los diputados de PP, Vox, UPN y Foro Asturias, además de Junts per Catalunya y la CUP. También Compromís, si el Gobierno no permite a las autonomías gestionar desde ya el Ingreso Mínimo Vital. En total, 154 votos.
Por su parte, junto a ERC, se abstienen Bildu y el Bloque Nacionalista Galego, que suman casi veinte diputados en el hemiciclo.
Está sería la sexta prórroga del estado de alarma desde que comenzó el pasado 15 de marzo.