"El accidente en la central térmica en Norilsk confirma que la subestimación de todos los factores y amenazas potenciales, incluidas las relacionadas con el cambio climático, conlleva graves consecuencias ambientales y costos materiales, y también puede hacer el juego a quienes buscan desacreditar la política de Rusia en el Ártico", dijo Pátrushev en una reunión del ente.
Patrushev instruyó a los jefes de las regiones rusas a tomar "medidas estrictas para controlar las instalaciones energéticas" y comunicar de inmediato los incidentes a las agencias gubernamentales.
El 29 de mayo se produjo el derrame de 21.000 metros cúbicos de diésel desde un tanque, de una termoeléctrica en Norilsk, que habría sufrido daños en su estructura.
El 5 de junio, el Ministerio de Emergencias de Rusia dio por controlada la extensión de la mancha de diésel, que contaminó el suelo y las aguas en la zona.
A raíz del accidente se decretó un régimen de emergencia en la región de Krasnoyarsk y las autoridades iniciaron una investigación.