Al dar acceso a desconocidos a las entrañas de nuestro smartphone, los desarrolladores de las apps tienen la oportunidad de crear publicidad ajustada a cada perfil en base de la localización.
"En el mundo de big data, las compañías están dispuestas a comprar cualquier información que les permita obtener beneficios. Por ejemplo, muchos bancos eligen las localizaciones de los nuevos cajeros automáticos utilizando sus aplicaciones o los datos que han obtenido de terceras personas", alerta el experto.
Y lo que es peor: "Existen compañías que utilizarán la información con el objetivo de estafarnos, o que tratarán de lucrar con su venta", en palabras de Nikoláyev, citado por el portal ruso Prime.
"Hay que prestar atención al acceso que damos a nuestros SMS. Con esta información, los intrusos obtendrán acceso a las conversaciones del usuario, y lo que es peor, podrán leer los mensajes de los bancos con códigos de un solo uso para acceder a la banca online y para confirmar las transacciones", advierte el entrevistado.
Otro punto sensible son los contactos. Los estafadores pueden hacerse con toda la lista de estos, e incluso con las redes sociales.