Ya desde el diseño de la obra, que se construye sin parar en las costas de Tabasco en el Golfo de México, "nunca se tomo el cuenta el problema de los impactos a los ecosistemas. Antes de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) se ejecutó el desmonte del predio, destruyendo un manglar protegido por la Ley Ambiental", dijo a esta agencia Pablo Ramírez, especialista en Energía y Cambio climático de la organización internacional Greenpeace.
México se comprometió entonces a reducir el 22% de emisiones de GEI para 2030, y generar 35% de su electricidad a partir de fuentes limpias.
Las obras de la refinería comenzaron antes de que se presentara la MIA, "dejando de lado la protección de las especies amenazadas", dice el especialista.
En ese municipio de Paraíso, Tabasco, habitan especies en peligro de extinción en la Reserva Arroyo Moreno y los dos ríos Jamapa y El Estero que desembocan en el puerto petrolero, formando la llamada Isla del Amor.
Impacto desestimado
De los dos afluentes que van al mar, "un río ya fue disecado y se convertirá en una calle, para conectar el puerto petrolero con la refinería", lamenta Ramírez.
"El problema es que se construye sobre un humedal, el retraso de las obras se debe a que están en un pantano, los humedales no son firmes ni sólidos", advierte el ecologista.
Una gran basamento se construye como plataforma para evitar inundaciones, pero la agencia espacial de EEUU, la NASA, ha diseñado un escenario de aumento de temperatura que elevaría el nivel del mar cinco metros.
"La NASA tiene un mapa del territorio continental que desaparecería, y Dos Bocas quedaría bajo el mar" explica el especialista.
Sentido contrario
Una investigación Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), coordinada por Úrsula Garzón, al que tuvo acceso Sputnik, analiza el impacto de la refinería en los compromisos de este país.
Por ejemplo, una reducción del 22% de emisiones este 2020 equivale a emitir solamente 672 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) este año, con respecto a las emisiones del año 2000
"Esto quiere decir que México aún está lejos de cumplir con esta meta", adelanta el CEMDA.

México también firmó en París una de reducción en 50% en 2050, "equivalentes a emitir sólo 320 millones de toneladas de CO2 para dicho año".
Sin embargo el país latinoamericano "marcha en sentido contrario al esfuerzo contra el cambio climático: en primer lugar, incumpliremos la meta de 2020, ya que en 2015 la emisión fue de 683 millones de toneladas de CO2 equivalente", advierte la investigación.
Los compromisos de México apuntan a un incremento de dos a tres grados centígrados de la temperatura planetaria para finales del presente siglo.
Cinco razones en contra
Cinco razones alejan a México de sus compromisos, según el CEMDA. La primera es que "el total de emisiones anuales de la refinería serían 2,16 millones de toneladas de CO2, que equivale a las emisiones de 855.020 vehículos compactos al año".
La segunda es que, en los próximos 20 años, "la refinería habrá emitido aproximadamente 43,2 millones de toneladas CO2 equivalente".
Si la refinería opera desde 2022, las emisiones hasta 2030 "sumarían 17,3 millones de toneladas de CO2 equivalente, poniendo en riesgo el cumplimiento".
En cuarto lugar, las emisiones de CO2 en Dos Bocas durante 20 años de refinación de crudo, "serían el equivalente a talar aproximadamente 183 millones de árboles".
Y su vida útil se proyecta para 40 años.
En quinto y último lugar, "volvería insignificante el esfuerzo del Gobierno de plantar un millón de árboles frutales y maderables durante todo el sexenio", hasta 2024.