La nube de polvo comenzó a ingresar procedente del mar Caribe, el 22 de junio, y "se espera que el jueves y el viernes [25 y 26 de junio] alcance la máxima concentración sobre los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán", y se dirija después hacia los estados que tienen costas en el Golfo de México, en ruta hacia el sur de EEUU.
La nube de polvo procedente del gigantesco desierto africano se desplazará sobre aguas del Golfo de México, "pasando sobre las zonas costeras de Veracruz y Tamaulipas [este]".
En días pasados, la nube de polvo que porta minerales nutrientes se desprendió desde la región del Sahel, en el desierto de Sahara, del norte de África y es monitoreado por satélites y modelos matemáticos.
Ese fenómeno es común durante la primavera y el verano boreales, "cuando la escasez de lluvia se combina con vientos intensos en dicha región [africana], generando desprendimientos de aire cálido, seco y saturado de aerosoles y polvo", dice el pronóstico de la Conagua, organismo federal del cual depende el Servicio Meteorológico Nacional.
En ruta hacia EEUU
La nube de polvo ha sido monitoreada en su recorrido por el Océano Atlántico y las islas del Mar Caribe, donde ocasionó una reducción notable en la visibilidad, afectando la navegación marítima y aérea, y también "ha provocado un cielo brumoso".
Cuando estas nubes de polvo se desplazan por el Atlántico Tropical limitan el desarrollo o intensificación de los ciclones tropicales, "ya que son grandes extensiones de aire seco".
Los científicos utilizan modelos numéricos para predecir la trayectoria de la nube y también imágenes de satélite.
Algunos científicos estiman que una elevada concentración de polvo podría afectar a pacientes de enfermedades respiratorias, en el marco de la pandemia del nuevo coronavirus que causa infecciones pulmonares, como el COVID-19.
Luis Antonio Ladino, investigador en Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo en una conferencia por internet que la concentración de polvo es mayor este año, "en forma inusual", y que podría afectar la calidad del aire.
Por ejemplo, las partículas del aire tuvieron un incremento de 800% en la peninsular ciudad de Mérida, capital de Yucatán (este), en comparación con sus niveles normales.
Los científicos recomiendan tomar precauciones similares a las aplicadas para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2, como usar cubrebocas y evitar exposición al aire en lugares abiertos, porque las partículas pequeñas podrían llegar a los pulmones de pacientes.
En contraste, señalan los efectos son positivos para la agricultura y el medio ambiente, debido a los nutrientes minerales que fertilizan los mares y zonas agrícolas, como el hierro que favorece la calidad de los suelos.
Sin embargo, el Cenapred comentó que la nube de polvo rojizo "no representa un riesgo para la población".
La masa polvorienta generó "condiciones extremadamente nebulosas y visibilidad limitada" en el Caribe, desde Antigua hasta Trinidad y Tobago, pasando por Cuba.