En 2019, la compra por parte de Turquía del S-400 a Rusia cayó en EEUU como un jarro de agua fría. Ahora, las enmiendas para el proyecto de los presupuestos nacionales de Defensa de EEUU para 2021 muestran un panorama que se muestra algo diferente.
Si en un principio Trump optó por las amenazas y la intimidación, ahora Washington se plantea comprar con sus propios medios los misiles rusos. La idea es, por ahora, solo un proyecto, y aún está por verse si Ankara está dispuesta a aceptar. Además, incluso si el país otomano decide que quiere vender el sistema, no podrá hacerlo sin el beneplácito de Moscú.
La venta del nuevo sistema antiaéreo S-400 de Rusia a Turquía provocó asperezas en julio del año pasado, cuando EEUU exigió al país levantino interrumpir el proyecto por el que Rusia le vendería su sistema. A cambio, Washington ofrecía a Ankara su sistema Patriot y amenazó con detener sus ventas del caza F-35, pero finalmente EEUU solo cumplió una pequeña parte de las amenazas lanzadas.