Oleg Orlov, director del Instituto de Problemas Médico-Biológicos de Rusia, dice que los científicos ya cuentan con los instrumentos apropiados para la modificación genética de los seres humanos, un desafío que suena a crear el 'soldado perfecto'.
"Ya es una realidad poder girar el tornillo genético, el problema es cuál de ellos y en qué dirección y además estar seguro de que se obtendrá el resultado esperado", dice Orlov a Sputnik.
La bioética y la moral son otros aspectos a tener en cuenta en este asunto, aunque a día de hoy, remarcó, no se cuenta con datos científicos para la selección genética de los futuros astronautas, por lo que los estudios sobre el tema deben continuar.
El 9 de agosto de 1976, la entonces Unión Soviética lanzó su último aparato a la Luna. Ahora, Rusia tiene previsto volver al satélite en 2021 con el lanzamiento de una nave que se posará en su polo sur. Por su parte, la corporación Roscosmos está desarrollando una base habitable que espera transportar a la Luna en el próximo decenio.
En el marco del programa lunar, el Instituto dirigido por Orlov reanudó sus investigaciones en la estación Vostok en la Antártida en 2019. La institución realizó estudios sobre sistemas de chequeo médico, diagnóstico y tratamiento de enfermedades y traumatismos. Los investigadores evaluaron la eficacia de los distintos medios para prevenir el impacto desfavorable de factores del entorno en la salud de los exploradores de Vostok, así como se probaron tecnologías de la telemedicina.
Misión a Marte
El científico señaló que no se puede descartar la posibilidad de encontrar vida en Marte, así como tampoco se puede excluir el hallazgo de formas terrestres de vida que posiblemente la humanidad llevó antes al planeta rojo.
Los viajes a otros planetas son algo inevitable, es parte de la evolución de la humanidad, remarcó Orlov, director del instituto clave del programa espacial de Rusia. "Tarde o temprano saldremos más allá de las fronteras de nuestro mundo (...) para aprovechar los recursos de los planetas cercanos y establecer asentamientos siempre y cuando tengamos las tecnologías apropiadas, la posibilidad económica y lo permita la situación geopolítica", dijo.
Y los robots, agregó, pueden ayudar al hombre a realizar esas misiones.
El impacto del coronavirus
La pandemia de coronavirus también afectó al personal del instituto, aunque se evitó el contagio de los empleados dentro de las instalaciones del centro de investigación, pero los planes previstos no se detuvieron, explica Orlov.
"La experiencia de nuestros psicólogos fue muy útil ante los problemas del prolongado confinamiento", indicó.
El instituto desarrolló el dispositivo denominado Ingalit para inhalaciones de helio y oxígeno en el tratamiento a pacientes con COVID-19, y varias clínicas destacaron los buenos resultados obtenidos.
"Seguiremos nuestras investigaciones en este ámbito. Además nos complace que nuestros colegas médicos usen las tecnologías de la telemedicina y es que precisamente la medicina espacial, entre ellos nuestro instituto, fueron los pioneros en el empleo de esas tecnologías", subrayó.
Además, los científicos de Rusia y de Estados Unidos planean también llevar a cabo un experimento de un año de duración.
El Instituto coopera también con entidades de otros países en las misiones a la Estación Espacial Internacional [EEI] y los estudios de los vuelos interplanetarios. "La atmósfera general influye, pero la cooperación internacional en el ámbito espacial superó momentos más críticos. Estoy convencido de que esta vez mantendremos un buen clima colectivo", apostilló.