El Gobierno de Canadá anunció que debido a la ley de seguridad estratégica de Hong Kong, Ottawa deja de suministrar productos miliares y de alta importancia estratégica a esta autonomía china, así como suspende la vigencia del acuerdo de extradición firmado con Hong Kong.
También dijo que Pekín "se reserva el derecho a dar respuesta", subrayando que "la responsabilidad por las consecuencias recae de lleno sobre la parte canadiense".
"Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China, ningún Estado extranjero tiene el derecho a inmiscuirse", recalcó el portavoz, así como señaló que China insta a Canadá a dejar de inmiscuirse en los asuntos internos de China, para evitar un empeoramiento de las relaciones bilaterales.
El 30 de junio pasado, los 162 miembros del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, aprobaron la nueva ley de seguridad nacional para la región autónoma especial de Hong Kong, que se firmó ese mismo día por el presidente Xi Jinping.
El proyecto de esta ley provocó críticas de las fuerzas antigubernamentales de Hong Kong y de algunos círculos occidentales que vieron en ese documento el deseo de Pekín de recrudecer el control sobre esa región autónoma.
China rechazó cualquier crítica al respecto y declaró que todos los temas relativos a Hong Kong son su asunto interno.