"Hemos llegado al punto en que el FBI está abriendo un nuevo caso de contrainteligencia relacionado con China cada 10 horas", dijo Wray en un evento transmitido por internet y organizado por el Instituto Hudson.
Bajo la Administración del presidente Donald Trump, las relaciones entre EEUU y China se han deteriorado considerablemente, con Washington acusando a Pekín de prácticas comerciales desleales, una respuesta deficiente al brote de coronavirus, violaciones de los derechos humanos y la invasión del estado especial de Hong Kong, lo que provocó el análisis sobre posibles sanciones contra Pekín.
China ha negado las acusaciones y, a su vez, ha señalado varias violaciones del derecho internacional por parte de EEUU.
Apoyo de funcionarios estadounidenses
Además, Wray dijo que FBI se enteró que China ha estado intentando influir en los funcionarios federales y locales de EEUU para que defiendan la respuesta de Pekín a la pandemia de COVID-19.
EEUU cree que China intentó encubrir el brote del coronavirus y, en efecto, permitió que se extendiera por todo el mundo.
Wray dijo que China está tratando de influir en los altos funcionarios estadounidenses a través de empresas, académicos, miembros de los medios de comunicación y similares.
Los altos funcionarios pueden tener razones legítimas y comprensibles para querer acceder a los socios y mercados chinos, pero muchos pueden no darse cuenta de que se usan como peones, agregó Wray.
Operación antidisidente
Cientos de ciudadanos chinos que residen en Estados Unidos son el blanco de la operación antidisidente "Foxhunt", ejecutada por Pekín, y se les aconseja que se comuniquen con el Buró Federal de Investigación (FBI), dijo Christopher Wray.
"Cientos de estas víctimas de "Foxhunt" (en inglés: cacería de zorros), a las que apuntan, viven aquí mismo en Estados Unidos y muchos son ciudadanos estadounidenses o titulares de tarjetas de residencia", dijo Wray en un evento por videoconferencia del Instituto Hudson.
El director del buró de investigaciones agregó: "aprovecharía esta oportunidad para señalar que si crees que el gobierno chino te está atacando, que eres una posible víctima de Foxhunt, comunícate con tu oficina local del FBI".
"No lo es. En cambio, Foxhunt es una apuesta radical del Secretario General (del Partido Comunista Chino) Xi (Jinping) para atacar a los ciudadanos chinos a quienes ve como amenazas y que viven fuera de China en todo el mundo. Estamos hablando de rivales políticos, disidentes y críticos que buscan exponer las extensas violaciones de derechos humanos de China", dijo Wray.
El director del FBI arriesgó que "el objetivo (de la persecución) tenía dos opciones: regresar a China adecuadamente o suicidarse".
También describió las tácticas de campaña como "impactantes" y acusó a las autoridades del país de arrestar a miembros de la familia de los objetivos en China "para influenciarlos".