El estudio encontró que el 37% de los canadienses dijo que el asunto constituye "un posible acto criminal que debería ser investigado por la policía".
Además, el 43% calificó la decisión como "poco ética", mientras que el 12% dijo que fue un simple error de juicio.
La controversia estalló luego de que múltiples trabajos de investigación relataran los estrechos vínculos de Trudeau y el ministro de Finanzas, Bill Morneau, con WE Charity, que recibió un contrato de 670 millones de dólares para administrar un programa de voluntariado estudiantil patrocinado por el Gobierno.
El escándalo provocó presiones para lograr la renuncia del primer ministro y del ministro de Finanzas, que han sido negadas hasta la fecha.
Tanto Trudeau como Morneau dijeron que la decisión de adjudicar el contrato fue recomendada por el servicio público.
Trudeau y Morneau ahora están sujetos a una investigación de conflicto de intereses por parte del Comisionado de Ética.
La investigación de ética es la tercera para ambos funcionarios durante sus cinco años en el cargo.