Los medios de comunicación de Ucrania lo posicionan como "la unión desde el mar Báltico hasta el mar Negro, de mar a mar".
Según el politólogo ucraniano Konstantín Bondarenko, se trata de la unificación de los Estados proestadounidenses con una orientación antirrusa, un intento de imitar la "nueva Rzeczpospolita" (por eso fue elegido Lublin).
"Tal asociación demostrativa de vasallos estadounidenses bajo el lema general '¡nie pozwaljam!' [no lo permitiremos] para bloquear el Nord Stream 2 en interés de Washington y evitar el acercamiento de Rusia con la vieja Europa", afirmó Bondarenko.
¿Quién está a cargo?
Todos los participantes del Triángulo de Lublin persiguen sus propios intereses, aseguran los expertos rusos.
Lituania está tratando de encontrar socios que lo ayuden a mantenerse en la órbita de la influencia estadounidense, fortalecer su posición como aliado estadounidense, añade el director general del Centro de Información Política de Rusia, Alexéi Mujin.
"Los tres países son muy críticos con Moscú. El liderazgo polaco se expresa claramente. Se tiene en cuenta la actitud actual de la Unión Europea hacia Polonia: declaraciones sobre la reducción de subsidios, fondos estructurales. Esta es la apuesta de Varsovia por el liderazgo subregional", dijo Kortunov.
Como explica Dmitri Ofitserov-Belski del Instituto Nacional de Investigación de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de Rusia, Polonia está perdiendo rápidamente su influencia en la Asociación Oriental.
"Así, Varsovia busca mantener su presencia en la política oriental de la Unión Europea. Polonia tiene reclamos no solo por el liderazgo regional, sino también por ser uno de los líderes europeos", subraya Ofitserov-Belski.
Polonia está tratando de obtener acceso al mar Negro a través de la creación del Triángulo de Lublin, afirmó en su cuenta de Twitter el senador del Consejo de la Federación de Rusia, Alexéi Pushkov.
🇷🇺🇵🇱 Relaciones de Polonia y Rusia, pasado dañado pero futuro posible
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 18, 2020
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Lituania también tiene sus propias ambiciones políticas. Vilna se siente bastante cómoda en el formato actual, cree Kortunov. "Lituania es el más pequeño y el más débil de estos tres países. En cualquier triángulo, gana aquel que tiene mejores relaciones con los otros dos ángulos. Lituania no tiene conflictos tan grandes ni con Ucrania ni con Polonia. En esta configuración, es más fácil para los lituanos avanzar en su posición. El formato trilateral báltico con Estonia y Letonia se ha agotado, Vilna ha exprimido todo", nota el experto.
Perspectivas
Sviatoslav Kniazev de la Fundación de la Cultura Estratégica de Rusia cree que Bielorrusia será el objetivo inmediato de una política coordinada del triángulo. En el contexto de las próximas elecciones presidenciales allí (programadas para el 9 de agosto), los territorios de Polonia, Ucrania y Lituania que tienen sus fronteras con esa república servirán de trampolín para apoyar las protestas contra Lukashenko, que ya han ganado fuerza.
"Intentando crear una zona de amortiguamiento continúa entre Rusia y la Unión Europea, Washington está construyendo el amortiguador para que el papel principal en el triángulo pertenezca a Polonia, mientras que Ucrania y Lituania siguen siendo sus zonas de influencia. Hasta ahora, solo Bielorrusia no ha sido 'capitalizada' en el puente Báltico-mar Negro", enfatiza Kniazev.
Los periodistas de Kommersant también están preocupados por el futuro de Minsk en relación con la creación del triángulo, por temor a que se convierta en un cuadrado. Especialmente después de las siguientes palabras del canciller ucraniano, Dmitry Kuleba, sobre las perspectivas de la unión: "También vemos una gran posibilidad de que se convierta en un instrumento para atraer a aquellos países que necesitan contactos más cercanos con Occidente, con estructuras europeas comunes".
Por otro lado, el triángulo carece de una agenda, añade Ofitserov-Belski.
"Además de repetir sobre la agresión rusa, no se dijo nada nuevo. Y no se prevé la creación de ninguna institución común ni la asignación de fondos. Si no hay dinero, entonces no hay historia detrás de todo esto", concluye el politólogo ruso.