En una carta al operador portuario, tres senadores —Ted Cruz, Tom Cotton y Ronald Johnson— exigen que deje de trabajar en la construcción del Nord Stream 2. De lo contrario, el puerto podría ser objeto de sanciones que llevarán a la "ruina financiera".
"La interferencia en la soberanía de Alemania y de la Unión Europea ha alcanzado un nivel de agresión sin precedentes que no debe quedar sin respuesta", opina Trittin. Cree que las empresas involucradas en el proyecto necesitan protección frente a los "métodos del salvaje oeste que usa Washington".
Es la primera vez que se conoce públicamente un caso en el que las sanciones se dirigen directamente contra una empresa alemana. Y eso que el 90% del puerto pertenece a la ciudad de Sassnitz y el 10%, al estado de Mecklenburgo-Pomerania Occidental. Por lo tanto, la amenaza también se dirige hacia el Gobierno estatal y es aún más inquietante porque el puerto de Sassnitz-Mukran en Rugen está en la circunscripción de la canciller Angela Merkel, destacan medios alemanes.
El proyecto del Nord Stream 2
Nord Stream 2 prevé dos tuberías con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año desde la costa rusa a través del mar Báltico hasta Alemania.
Berlín, Viena y Oslo apoyan el proyecto porque están interesados en un suministro continuo de combustible. A Noruega le pertenece el 30% de las acciones de Kvaerner, uno de los contratistas.
Estados Unidos se opone al proyecto y promueve activamente su gas natural licuado en la UE.