Con la ayuda de los datos obtenidos por la sonda lunar japonesa Kaguya, los investigadores descubrieron que los múltiples cráteres en la superficie lunar aparecieron hace unos 800 millones de años tras unos choques con varios objetos cósmicos de hasta 10 kilómetros de tamaño.
Estos cuerpos celestes trajeron a nuestro planeta algo que casi no existía hasta entonces: fósforo.
Este elemento químico es esencial para la formación de moléculas de ADN y proteínas. También participa en la formación de paredes celulares y en los procesos de almacenamiento de energía en las células.
"Si comparamos la intensidad con la que cayeron los asteroides en la Luna y en la Tierra, en nuestro planeta esta 'lluvia de asteroides' fue 20 veces más fuerte (...) Sabemos que una gran cantidad de fósforo llegó al océano desde el espacio. Era más de 10 veces mayor que lo que había en el océano en aquel momento. Podemos afirmar con certeza que como resultado el ambiente marino cambió", dijo Terada a Sputnik.
Señaló que en 2017 un grupo de científicos dirigidos por Christopher Reinhard llegó a la conclusión de que, cuando se cuadruplicó la concentración de fósforo en el mar hace 750-800 millones de años, también se estimuló el desarrollo de la diversidad de la vida en la Tierra.
El científico japonés subrayó que actualmente podemos ser testigos de un fenómeno parecido, las llamadas mareas rojas. Es un aumento excesivo del plancton en el mar provocado por el enriquecimiento del agua con nitrógeno y fósforo.
Luego la fotosíntesis redujo el efecto invernadero y despejó el cielo del dióxido de carbono, lo que dio lugar a la glaciación del planeta.
El científico afirma que los recientes descubrimientos no implican que haya que revisar ese escenario, sino que ofrecen una nueva visión de que el fuerte aumento del fósforo en los océanos fue de origen extraterrestre y causado por una "lluvia de asteroides".
Según los científicos, "tuvo un impacto en la evolución biológica, aunque no podemos hablar con certeza sobre si fue directo".