"Lo que sucedió con la campaña presidencial de Trump y su posterior administración después de que el presidente fue debidamente elegido por el pueblo estadounidense, nunca debe volver a suceder; el pueblo estadounidense debe tener confianza en que el Gobierno de Estados Unidos ejercerá sus autoridades de vigilancia de una manera que proteja las libertades civiles de los estadounidenses (y) evite la interferencia en el proceso político", dijo Barr en un comunicado de prensa.
Una segunda orden establece reglas para los agentes federales que buscan permiso para vigilar a los funcionarios federales electos, candidatos a cargos federales electos o a su personal, para garantizar que las solicitudes sean justificadas y no partidistas.
El exabogado del FBI Kevin Clinesmith admitió el mes pasado haber alterado un correo electrónico con información falsa para renovar una orden judicial para espiar al exasistente de Trump, Carter Page.
La declaración de culpabilidad de Clinesmith generó especulaciones sobre acusaciones adicionales en una investigación del fiscal federal John Durham contra otros participantes en Crossfire Hurricane, la investigación de contrainteligencia del FBI sobre la campaña de Trump y la administración posterior.