Científicos australianos y coreanos estudiaron el proceso de cocción de la carne roja asada y descubrieron que cuando este alimento es cocinado a una temperatura alta para obtener una corteza crujiente se forman los denominados productos de glicación avanzada (AGE) que aumentan el riesgo de algunas enfermedades en el organismo.
Los científicos compararon los efectos de dos dietas, una alta en carne roja asada con cereales procesados y otra alta en granos enteros y productos lácteos, nueces y legumbres balanceada con carne blanca hervida o al vapor.
El estudio, que duró cuatro semanas, incluyó a 15 hombres y 36 mujeres con peso corporal estable, sin diabetes tipo 2. Los resultados mostraron que en el primer caso la tasa de acumulación de AGE en la sangre era significativamente mayor que en el segundo caso.
Para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los científicos creen que es necesario reducir la cantidad de carne roja en nuestra dieta o al menos cambiar la forma en que se cocina.
"El mensaje es bastante claro: si queremos reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, debemos reducir la cantidad de carne roja que comemos o ser más considerados sobre cómo la cocinamos. Las comidas cocinadas a fuego lento podrían ser una mejor opción para la salud a largo plazo", concluyó Clifton.