"A fin de cuentas, esta crisis no se resuelve solo con sanciones. Hace falta un diálogo con [el presidente bielorruso Alexandr] Lukashenko, y la UE debería aspirar al protagonismo en este proceso", dijo Czarnecki a Sputnik.
El político polaco, militante del partido Ley y Justicia y del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, opinó que unas sanciones drásticas no siempre son contraproducentes.
"Al contrario, podría ser la única manera de hacerle a Lukashenko sentarse [a la mesa] y escuchar", resaltó.
"Para que las sanciones de la UE surtan efecto, han de ser mucho más amplias que las medidas previstas ahora", dijo el eurodiputado.
Los Veintisiete van redactando una lista de funcionarios bielorrusos que estarían sujetos a sanciones en el bloque comunitario por su presunta implicación en el fraude electoral y la represión de manifestaciones pacíficas.
Mientras, el Parlamento Europeo planea someter a votación este 17 de septiembre el anteproyecto de resolución sobre la situación en Bielorrusia.
Fondo de estabilización para Bielorrusia
A su vez, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, propuso crear un fondo de estabilización europeo para Bielorrusia, dotado de al menos mil millones de euros.
La iniciativa es parte del "plan para Bielorrusia" que Polonia pretende someter al examen de la Comisión Europea.
"Se requiere un fondo significativo desde luego, uno que permita estabilizar las expectativas de inversores en la situación actual", dijo Morawiecki, citado por la televisión polaca, durante una rueda de prensa celebrada en Vilna.
"Son algunas de las acciones que queremos presentar al foro del Consejo Europeo", dijo.
Morawiecki también se expresó a favor de cooperar con Rusia en la solución de la actual crisis.
"Queremos que esta disputa llegue cuanto antes a una solución política en cooperación con el gran socio ruso. Hoy, Rusia es el socio clave de Bielorrusia y queremos que siga siendo su socio", señaló.
En Bielorrusia continúan las protestas tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto, cuyo escrutinio otorga el sexto mandato a Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994.
En los primeros días las fuerzas del orden reprimieron las protestas con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras. Según el Ministerio del Interior, las movilizaciones se saldaron con tres muertos, centenares de heridos, entre ellos más de 130 agentes, y más de 6.700 detenciones.
La violencia callejera cesó en los días siguientes, pero las protestas continuaron, al tiempo que las autoridades detenían o expulsaban de Bielorrusia a las figuras más visibles de la oposición.