Domingo 20 de septiembre. Son las 19:00 y centenares de personas empiezan a arremolinarse en los alrededores del Teatro Real. Por turnos, los espectadores van entrando a través de los accesos que dan a la Plaza de Oriente y las calles Carlos III y Felipe V. Lo hacen poco a poco, como marca el protocolo de seguridad del coliseo madrileño contra el coronavirus. El objetivo es que todo el mundo pueda estar en sus asientos antes de las 20:00, hora de inicio de la obra, para disfrutar de una agradable velada. No fue el caso.
Los abucheos continuaron durante veinte minutos hasta que la organización comunicó por megafonía que recolocarían a los protestantes y quien no estuviese de acuerdo con su nuevo asiento tendría la opción de devolver la entrada. Según el comunicado publicado por el Teatro Real, la mayoría aceptó las condiciones del Teatro Real. Pero, un grupo de espectadores decidió seguir gritando ante la mirada de asombro del resto de espectadores e intérpretes.
Vergüenza en el @teatro_real en la jornada de hoy de Un Ballo in Maschera. Mucho control de acceso por turnos, pero todas las butacas ocupadas sin distancia de seguridad Las de paraíso, claro. En platea mínimo dos sitios libres entre cada grupo de asistentes. Oh, sorpresa pic.twitter.com/N9F1chf9Wn
— Un Congrio (@UnCongrio) September 20, 2020
El director de orquesta, Nicola Luisotti, intentó reanudar la función en dos ocasiones, pero el ruido hizo imposible que la ópera arrancara. Pasadas las 21:00, Luisotti se bajaba por última vez del podio, se ponía la mascarilla y decía que "así no se podía seguir". La representación se daba por concluida.
Lo que acaba de pasar en el @Teatro_Real es la sociedad que nos espera:
— Dani Lovsky (@dani_lovsky) September 20, 2020
➖Zona Platea (229€) medidas de seguridad y distancia entre butacas.
➖Zona Anfiteatro (15€) público hacinado y sin medidas de seguridad. pic.twitter.com/CD3bHI9Hqq
Ante los incidentes, el Teatro Real ha decidido abrir una investigación para "averiguar esta lamentable incidencia y tomar las medidas necesarias para que las sucesivas funciones se desarrollen con normalidad".
Medidas insuficientes para algunos de los asistentes a la segunda función de Un ballo in maschera, ópera que abre la temporada 2020-2021 del Teatro Real. Obra que, sin ser vista, muchos tardarán en olvidar.
Por si no eran suficientes las desigualdades y el clasismo segregacional entre los barrios madrileños, va el @Teatro_Real y solamente crean distancia entre butacas ocupadas en platea. Arriba en el gallinero la cupación es del 100% . pic.twitter.com/aEyWMhQz78
— Ibon Perez (@ibonpereztv) September 20, 2020