El 13 de octubre, el Ministerio de Exteriores de Noruega acusó a Rusia de haber organizado un ciberataque contra el Parlamento nacional el 24 agosto de 2020, fecha en que fueron hackeados los correos electrónicos de varios políticos.
"Causa asombro que Oslo, a pesar del procedimiento existente y bien conocido por Noruega de investigación de esas situaciones, haya retomado la práctica de acusaciones infundadas, sin molestarse en proporcionar algún tipo de pruebas. De ahí podemos sacar la conclusión de que simplemente esas pruebas no existen", resaltó la diplomática.
Zajárova aseguró que Noruega ha acusado en reiteradas ocasiones a Rusia de injerencia en cuestiones relacionadas con las tecnologías de la información, pero nunca ha fundamentado sus acusaciones.
La portavoz consideró que Oslo, de contar con esas pruebas, las hubiera presentado o al menos hubiera hecho mención de las mismas.
"Probablemente el objetivo no consista en entender lo que sucedió, sino en buscar otra razón para culpar a Rusia y crear el ambiente correspondiente", aseveró la representante de la Cancillería rusa.
Para Zajárova, Oslo "avanza hacia una mayor destrucción de las relaciones bilaterales, que ya están en un estado deplorable por culpa de Noruega".