Los Acuerdos de Abraham firmados en agosto entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, y que en estos días están materializándose (en relaciones comerciales, vuelos directos, programas académicos, etc.) son tratados con países que nunca han estado en guerra con Israel, si bien el consenso árabe y musulmán ha sido hasta ahora que ser amigo de Israel era traicionar la causa palestina.
Sin embargo, en los últimos tiempos esa concepción regional se ha ido resquebrajando.
En realidad, hace años se sabía que no todas las naciones de la región tienen el mismo espíritu, Israel ha operado una embajada secreta en Bahréin durante por lo menos una década, por ejemplo.
"Pero Sudán es otro asunto", señaló a Sputnik el experto en seguridad Brian Weissman. "Es un gran país grande y pobre, al contrario que las pequeñas y ricas monarquías del Golfo, y sí ha estado en guerra con Israel".
Tanto es así que Sudán ha pasado de ser un símbolo del rechazo árabe a la existencia de Israel, a la posible quinta nación árabe en normalizar relaciones con el Estado judío.
En la capital de Sudán hace 53 años, poco después del final de la Guerra de los seis días, la Liga Árabe formuló un motto muy repetido desde entonces tras la Conferencia de Jartum: "Los tres no; no a la paz con Israel, no reconocimiento de Israel y no negociaciones con Israel".
Presión estadounidense
"La Administración Trump, que parece que busca otro logro diplomático antes de las elecciones de noviembre, lleva meses presionando a Sudán y parece que lo ha fijado como su próximo objetivo", señaló el experto. El presidente de EEUU anuncio hace unos días que tiene la intención de sacar al país de la lista de patrocinadores del terrorismo.
En un tuit, Trump escribió: "¡Fantásticas noticias! El nuevo gobierno de Sudán, que está progresando grandemente, aceptó pagar 335 millones de dólares a las víctimas del terrorismo de EEUU y sus familias. Una vez depositado, quitaré a Sudán de la lista de estados patrocinadores del terrorismo".
GREAT news! New government of Sudan, which is making great progress, agreed to pay $335 MILLION to U.S. terror victims and families. Once deposited, I will lift Sudan from the State Sponsors of Terrorism list. At long last, JUSTICE for the American people and BIG step for Sudan!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 19, 2020
Trump se refería a una serie de ataques en los que murieron más de 4.000 personas y que Sudán no perpetró, pero sí dio asilo a los terroristas.
Las buenas relaciones dejaron de existir cuando Jartum se alió con Teherán entre 1985 y 2015, y trasladó armas iraníes a palestinos de Gaza gobernados por Hamás. Durante esos años Israel llevó a cabo varios ataques aéreos contra camiones en Sudán sospechosos de transportar munición.
En 2016 Sudán cortó lazos con Teherán y reemplazó el Gobierno del hombre fuerte Omar Bashir con una administración occidentalizada.
"De manera que dejó de ser una amenaza para Israel y volvió a ofrecer oportunidades estratégicas", opinó Weissman, "si bien el país acaba de salir de un levantamiento popular que sacó a un gobierno autocrático y ahora está atravesando un proceso de frágil democratización", añadió.
Petróleo, de nuevo (aún)
En el contexto actual la cooperación con Sudán, Israel podría extender su pasillo marítimo del Mar Rojo más al sur y facilitar todo tipo de operaciones, de inteligencia, militares y también el tráfico de petróleo hacia Europa, según el experto.
Si se materializa este acercamiento abiertamente para un país como Israel, con mentalidad de isla rodeada de enemigos, la apertura hacia el continente africano representaría un cambio paradigmático y mental.
"El bloque sunita moderado se está haciendo cada vez más fuerte contra Irán y contra Turquía y Qatar, que ahora son los dos bloques que le hacen frente", señaló Weissman. "Por eso vemos todos estos movimientos últimos, que hacen más fuerte al bloque de Arabia Saudita y demás sunitas mientras que debilita a los otros", agregó.