"Esto acá es una locura, siguen las colas de tres y hasta cuatro días, gasolina subsidiada no hay y la que es de 0,50 dólares, a precio internacional, tampoco se encuentra mucho; ahí es cuanto llegan las gandolas (cisternas) y hay que hacer cola, pero ya a los días se acaba y cierran la bomba", indicó César Palacio, comerciante residente del estado de Lara (oeste).
En el estado de Bolívar (sur), específicamente en Puerto Ordaz, residentes contaron a Sputnik que las estaciones de servicio a precio internacional han funcionado pocas horas y con largas filas.
Lo mismo ocurre en el estado de Táchira (oeste), mientras que en el Anzoátegui, la odontóloga Karina Márquez explicó a Sputnik que las estaciones de servicio abren en ocasiones solo entre las 6:00 y las 9:00 horas.
"Solo abren cuando llega la gandóla con gasolina y cierran cuando se acaba, es como cuestión de suerte poder echar, pero cuando abren lo hacen así, por pocas horas", señaló Márquez.
Sputnik consultó a ciudadanos en varios estados más, entre ellos Zulia (oeste), Yaracuy (oeste) y Nueva Esparta (norte) y en todos el abastecimiento de gasolina es inestable.
La escasez de gasolina comenzó a mediados de 2018, principalmente en estados fronterizos con Colombia, a partir de 2019, alcanzó también a los fronterizos con Brasil, y en marzo de 2020 llegó a Caracas.
Las sanciones de Estados Unidos impiden a PDVSA no solo comprar gasolina, sino también aditivos, repuestos y contratar servicios para el mantenimiento de sus refinerías.
Por esa razón, en junio Venezuela importó desde Irán los primeros cinco buques cargados con gasolina y con repuestos.
A pesar de la llegada de estos buques y del incremento de la gasolina, la situación no se ha normalizado en el interior del país, haciéndose más crítica en los estados fronterizos.
El 28 de octubre, el presidente Nicolás Maduro aseguró que la industria petrolera estaba produciendo 30% más de lo que consume su parque automotor, lo que le había permitido garantizar una reserva de veinte días.