El atacante le metió un bolígrafo por la nariz hasta llegar al cerebro. El presunto agresor, Paul Fitzgerald, quería que su víctima "sintiera lo que habían sentido todos los niños" a la hora de acosarle sexualmente con un utensilio de cocina, comunicó el fiscal Alistair Neil Macdonald ante un juzgado, citado por el periódico británico Daily Mail.
— GM (@Unosolosoy) November 19, 2020
Huckle cumplía 22 cadenas perpetuas por abusar de 191 niños. Y es por ello que acabó por ser conocido como "el pedófilo más perverso del Reino Unido".
Fue su compañero de celda, Ronald Mariner, quien descubrió a Fitzgerald tratando de ahorcar a Huckle, comunicó el fiscal. Las manos y los pies del pedófilo tumbado boca abajo estaban atadas mientras el acusado lo estrangulaba con una ligadura. Había un charco de sangre alrededor de su cabeza, explicó Macdonald.
Al día siguiente Fitzgerald le confesó a un gerente de salud mental del pueblo Full Sutton que había planeado asesinar a dos o tres personas, pero se dio cuenta de que ya "lo estaba pasando demasiado bien" con Huckle.
Además, declaró que le habría gustado cocinar algunos trozos de su cuerpo. Mientras realizaba estas revelaciones se mostró tranquilo y sin manifestar remordimiento alguno, agregó el fiscal.
"Este es un hombre que viola y abusa de los niños por diversión. También podría haberlos matado. Me inclino a pensar que hizo algo peor que violarlos (...) La violación era más para que sintiera el sabor de eso", declaró el acusado.
Ahora, la Justicia británica debe decidir si Fitzgerald es culpable de cometer un asesinato planeado o un homicidio por responsabilidad disminuida, como sostiene el abogado de Fitzgerald. Se cree que, en el momento de asesinar a Huckle, sufría de trastorno de personalidad mixta y de identidad de género, además de psicopatía.