- Sputnik Mundo, 1920, 11.02.2021
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En espera de un desahucio: la familia española a la que apoyan la ONU y Penélope Cruz

© Sputnik / Alberto García PalomoRichard Rodríguez y Josefina Hernández en su casa de Villaverde (Madrid)
Richard Rodríguez y Josefina Hernández en su casa de Villaverde (Madrid) - Sputnik Mundo, 1920, 29.01.2022
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Richard Rodríguez y Faustina Hernández, con tres hijas menores, llevan seis años pidiendo una vivienda social después de dejar un piso y meterse en otro del sur de Madrid.
El relato de Richard Rodríguez y Josefina Hernández tiene una parte de costumbrismo y otra de cuento gótico. La lectura más llana, esa que le da un toque de naturalismo español, es la de una pareja que se queda sin trabajo, no puede pagar el alquiler, se marcha de su casa y termina okupando otra, vacía y en propiedad de un banco. La mirada con tintes terroríficos es la que anida detrás. La de la angustia, el miedo y la preocupación continua por un posible desahucio, por no saber qué ocurrirá al día siguiente.
Tanta narrativa contiene la historia de estos dos vecinos de Madrid que ha inspirado una ficción y que es el primer caso de este tipo que llega a la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Porque Richard Rodríguez y Josefina Hernández –de 50 y 44 años, respectivamente, con tres hijas de 12, ocho y dos– cargan con la incertidumbre a sus espaldas, pero también con el orgullo de la lucha y con el respaldo no solo de una institución internacional sino de celebridades como Penélope Cruz, Luis Tosar o Juan Diego Botto.
"Nosotros no somos más que un matrimonio humilde, que nos casamos felices y ganábamos dinero para tener un ritmo de vida tranquilo, sencillo", apunta Rodríguez. En realidad, la miga está después: a ese enlace y esa existencia reposada le llegó un obús. El de la crisis inmobiliaria iniciada en 2008. Ellos dos, criados en el barrio de Villaverde y con un piso de alquiler en Vallecas, lograban salir a flote. Él como mediador en proyectos del Ayuntamiento. Ella como dependienta, limpiadora, recepcionista, jardinera o "de lo que fuese saliendo". Pagaban unos 550 euros de renta y llegaban a ingresar alrededor de 2.000.
Pero todo se torció. A la explosión de la burbuja le acompañó un dominó de estallidos: empresariales, educativos, sanitarios o municipales. La denominada "austeridad" dejó los bolsillos de autónomos y arcas vacías. En los consistorios hubo impagos, en los colegios se perpetuaron los barracones, en la sanidad se redujeron plantillas y las administraciones dejaron de contratar. Rodríguez se contempló de súbito con un descampado laboral. Y aguantaron: entre ahorros y altas puntuales en la seguridad social, el cataclismo se soportó hasta 2014.
© Sputnik / Alberto García PalomoRichard Rodríguez, pendiente de una orden de desahucio, en su casa de Villaverde (Madrid)
Richard Rodríguez, pendiente de una orden de desahucio, en su casa de Villaverde (Madrid) - Sputnik Mundo, 1920, 26.01.2022
Richard Rodríguez, pendiente de una orden de desahucio, en su casa de Villaverde (Madrid)
Vieron entonces que ya no daban a más y que no podían destinar una sustanciosa cantidad de dinero al alquiler. Expusieron su situación a allegados y les comentaron la existencia de varios pisos vacíos en Villaverde, donde sigue parte de sus familias. Como tantos otros, se hicieron okupas, "a su pesar". "Lo que no podíamos era dejar a una persona sin pagarle. Y llevábamos tiempo esperando a que nos contestara el IVIMA (Instituto de la Vivienda de Madrid), sin éxito. Así que nos vinimos aquí, que nos lo habían dicho y sabíamos que no era de nadie, que llevaba cuatro años cerrada", detalla Rodríguez desde un sillón del salón en ese mismo inmueble.
Cuando entraron, en 2015, era propiedad del BBVA. La entidad bancaria poseía varios "activos" en el barrio y posteriormente los vendió en lote a Divarian y Cerberus, dos fondos de inversión, conocidos como fondos buitre. Desde la primera noche, ninguno puede calmarse del todo: al principio, por el temor a una inminente expulsión. Ahora, por los nueve señalamientos que han ido acumulando para proceder al "lanzamiento". "Escuchábamos una sirena de policía y temblábamos", rememora Rodríguez, "un día vino uno de seguridad y nos tomó los datos; sería del banco y ya comenzó todo".
Ese "todo" engloba citaciones del juzgado, documentos con fechas para sacarles de casa, reuniones con asociaciones como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o incluso el abrazo de varias estrellas de cine. "Era algo nuevo. Para nosotros y para miles de familias en esta situación. Ninguna sabíamos ni teníamos nada que ver con el ladrillo y de repente estábamos expulsados y okupando", indica Rodríguez, que aún es incapaz de acostumbrarse a esta fábula tenebrosa y a la vez cotidiana en el territorio español: desde 2008 hasta 2019 hay estudios que cifran en cerca de 700.000 el número de desahucios.
"Cuesta mucho adaptarse. Es muy difícil. Nunca te acostumbras a esto", anota Richard Rodríguez mientras muestra las estancias de su piso. Está ese salón de sofá, mesa y una televisión colgada, dos habitaciones para las niñas, una cocina funcional, un cuarto con cajas amontonadas y un vestíbulo plagado de fotos de familia. "Sientes fracaso, incertidumbre, dolor y culpa. Además, con la mala prensa que se da de los okupas, cuando nosotros no quitamos nada, sino que recuperamos", sopesa. Su mujer lo abriga: "Es una impotencia tremenda. Yo no me he acostumbrado".
© Sputnik / Alberto García PalomoRichard Rodríguez y Josefina Hernández en su casa de Villaverde (Madrid)
Richard Rodríguez y Josefina Hernández en su casa de Villaverde (Madrid) - Sputnik Mundo, 1920, 26.01.2022
Richard Rodríguez y Josefina Hernández en su casa de Villaverde (Madrid)
Rodríguez va deteniéndose en fechas concretas como si fuese un sendero de piedras sobre la corriente de un río. Habla de un sábado de diciembre de 2015, de un martes de 2018 o del 26 de noviembre de 2021, viernes, en que llegó el último señalamiento: "Era el noveno. Para desahuciarnos el 1 de diciembre", aclara. Se reiniciaba el proceso. Regresaban los nervios. Y volvían las acampadas, los llamamientos a medios, la revisión de carpetas donde recopila decenas de folios: aquellos en los que se solicita una vivienda social, esos en los que se dirige al fondo buitre o al banco pidiendo un alquiler justo o los que condensan las prestaciones que han ido obteniendo o los empleos en los que han recalado.
"Gracias a que tenemos todo desde hace años podemos justificar que no queremos okupar sino tener un techo a un precio razonable", argumenta Rodríguez, que en todo este tiempo ha ido metiéndose en el activismo a través de la PAH de Usera, otro barrio cercano. "No sabía a quién recurrir y fui allí. Además, da vergüenza verse así y me encontré con un montón de gente igual", advierte. En esa plataforma ciudadana se ha ido empapando más del problema habitacional de España y enarbola reivindicaciones como la de la dación en pago o la de leyes que sirvan como "escudo social".
© Foto : Cortesía de Richard RodríguezRichard Rodríguez, con los actores Juan Diego Botto y Luis Tosar
Richard Rodríguez, con los actores Juan Diego Botto y Luis Tosar - Sputnik Mundo, 1920, 26.01.2022
Richard Rodríguez, con los actores Juan Diego Botto y Luis Tosar
Unas leyes que protejan a los más vulnerables y que sean un muro de contención para desastres como esta epidemia sanitaria o como el derrumbe económico que aún perdura. Normativas que hasta la ONU ha sugerido revisar: el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (un cuerpo independiente formado por 18 expertos) recomendó al Estado español suspender el desahucio o facilitar una vivienda alternativa a Rodríguez y Hernández con el fin de "evitar posibles daños irreparables" a la familia mientras se estudiaba en profundidad su caso. Fue la primera ocasión en la que el organismo internacional respondía a un requerimiento de los abogados.
Además, la magnitud de la historia era tal que llegó a oídos de Juan Diego Botto. Y es aquí cuando se fusionan el desasosiego, la rutina nacional y el salto al celuloide. El actor, galardonado recientemente por una obra sobre la muerte de Federico García Lorca, conoce a sus protagonistas. Le conmueve su coyuntura. Y se basa en ella para una de las tramas que anuda su primera película. Se titula En los márgenes y está pendiente de estreno. "Él se juntaba con la PAH para documentarse. Estuvo muchos años yendo a Usera y apoyándonos", confiesa Rodríguez.
© Foto : Cortesía de Richard RodríguezProtesta frente al fondo buitre que ha señalado el posible desahucio de Richard Rodríguez
Protesta frente al fondo buitre que ha señalado el posible desahucio de Richard Rodríguez - Sputnik Mundo, 1920, 26.01.2022
Protesta frente al fondo buitre que ha señalado el posible desahucio de Richard Rodríguez
Lo aprendido le lleva a tejer un guion con un ramillete de personajes que tienen en común cuitas en torno a la vivienda. Les encarnan, entre otros, Luis Tosar y Penélope Cruz. En algunas secuencias llaman a Rodríguez de figurante. Y es cuando se produce ese momento que junta a una familia de Villaverde con el mundo de las premieres y la alfombra roja: ambas estrellas ven a alguien del rodaje llorando, hundido. Se acercan, le preguntan qué le pasa y le abrazan. Las imágenes quedan registradas por varios móviles y se imprimen a fuego en la memoria de Rodríguez.
"Fue increíble. Un día estábamos rodando una manifestación enfrente de un banco y era similar a lo que habíamos pasado", rememora Rodríguez. La ficción, explica, se funde con la realidad: no solo la escena era una emulación de su vida durante los últimos años, sino que ese día acababa de recibir otro mensaje de un inminente desahucio. "Estaba sucediendo la historia en paralelo. Y yo, que llevaba todo el rato aguantando las lágrimas, no aguanté", remarca. El equipo le respalda. Le da ánimos. Y se propaga su caso, todavía en punto muerto.
"Es que es muy sangrante porque han hecho todo lo que podían hacer y más", arguye Mercedes Revuelta, portavoz de la PAH, a Sputnik. "Han acudido al defensor del pueblo, a la delegada del Gobierno, llevan 14 años solicitando vivienda pública, en todos los programas posibles… Han hecho todos los deberes", continúa la letrada. "Aun así, que te toque una vivienda pública en este país es una lotería. En la Comunidad de Madrid, la más rica, solo han puesto 67 a disposición", protesta.
Richard Rodríguez y Josefina Hernández son una de las parejas que esperan acceder a alguna. Aunque siguen con trabajos esporádicos y con la amenaza de expulsión. A pesar de las recomendaciones de altas instancias o del respaldo de personas públicas, que han conseguido que sus caras aparezcan en televisiones o artículos de prensa. "¿Que somos famosos? No importa. ¡Ojalá no nos conociera nadie!", exclaman.
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