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Hermanos, pero no mucho: las idas y venidas de la alianza estratégica entre Brasil y Argentina

© AFP 2023 / Nelson AlmeidaEl presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva - Sputnik Mundo, 1920, 28.10.2023
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El establecimiento de una relación estratégica con Argentina ha formado parte del marco político de varios gobiernos brasileños a lo largo del tiempo, desde Fernando Henrique Cardoso hasta la actual Administración de Luiz Inacio Lula da Silva. En ocasiones, sin embargo, ambos países han preferido seguir caminos separados en el ámbito internacional.
A pesar de su proximidad geográfica y cultural, importantes diferencias en las visiones del mundo de los liderazgos de Brasil y Argentina los han situado —en varias ocasiones— en caminos diferentes desde el punto de vista de la política exterior.
Durante los dos primeros mandatos de Lula (2003-2010), las relaciones entre Brasil y Argentina fueron muy estrechas, especialmente en cuestiones como la consolidación de Sudamérica como un polo de poder mundial, la priorización de las relaciones Sur-Sur y la lucha por la autonomía política regional frente a Estados Unidos.
Sin embargo, a diferencia de Argentina, el Brasil de Lula acabó moviéndose más asertivamente en la dirección de la defensa de un orden mundial multipolar, a través de su cooperación con importantes potencias como China, Rusia y la India en el seno de los BRICS, siendo Brasil el único país latinoamericano que forma parte de la agrupación.
El Gobierno de Dilma Rousseff, por su parte, continuó las líneas maestras de la política exterior de Lula, pero con menos entusiasmo que su predecesor, aunque Brasil siguió desempeñando un papel destacado en foros como el G20 y los BRICS. A diferencia de Argentina, que en ese momento atravesaba graves problemas económicos internos, el Brasil de Dilma se lanzó en solitario a la campaña para conseguir un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por ejemplo, con la pretensión de representar a toda América Latina.
Este empeño, a su vez, no contó con el respaldo unánime de los responsables políticos de Buenos Aires, que en aquel momento veían a Brasil como un líder regional vacilante. Por otra parte, el Gobierno de Rousseff también demostró un sesgo propiamente revisionista hacia las instituciones internacionales de gobernanza global, como el FMI, lo que en última instancia redundaba en beneficio de Argentina, dado que el país se había endeudado con la institución durante la década de 2000. Sin embargo, según el discurso inaugural del primer canciller de la Administración Dilma, Antonio Patriota, para Brasil Argentina estaba en el centro de la construcción de un lugar especial para América del Sur en el mundo. Entretanto, durante el Gobierno de Rousseff con su homóloga Cristina Kirchner (2007-2015), las dos presidentas tuvieron varias reuniones y visitas presidenciales que mostraron un clima muy cordial en las relaciones entre las dos lideresas.
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Sin embargo, con el impeachment de Dilma Rousseff en 2016 y la llegada al poder de Jair Bolsonaro en 2019, Brasil y Argentina vivieron un período sucesivo de distanciamiento. Esto se debe a que Bolsonaro inicialmente dirigió su atención a establecer relaciones más estrechas con los Estados Unidos de Donald Trump, dejando de lado iniciativas regionales en las que el país participaba junto con Argentina, como la CELAC, que Brasil abandonó en 2020.
A pesar de posiciones económicas coincidentes con las del presidente argentino Mauricio Macri (2015-2019) —mayor liberalización y menor participación del Estado en la economía— Bolsonaro no solo ha desplazado al Mercosur de su posición prioritaria en la agenda política de Itamaraty, sino que también ha reducido el perfil estratégico de las relaciones con Buenos Aires. Sea como fuere, la victoria electoral de Joe Biden en 2020 cambió algunos aspectos de la política exterior del Gobierno brasileño, incluyendo cambios en el Gabinete de Jair Bolsonaro, como la destitución del exministro de Relaciones Exteriores Ernesto Araújo, que fue sustituido por el más moderado diplomático de carrera Carlos Franca.
Cabe recordar que Araújo había contribuido precisamente a enfriar la relación de Brasil con los países vecinos, entre ellos Argentina, que comenzó a aumentar las exportaciones de sus productos al mercado chino en detrimento del brasileño. Con Alberto Fernández (2019-actualidad) al frente de la Casa Rosada, el distanciamiento entre ambos mandatarios se profundizará, al menos hasta que Lula vuelva a la Presidencia de Brasil en 2023.
Lula y Fernández, por su parte, mantienen un diálogo político estrecho, y también más alineado, centrado en una retórica en defensa del Sur Global y a favor de una América Latina independiente, precisamente mediante el fortalecimiento de instituciones regionales como Unasur, Mercosur y CELAC, a la que Brasil acabó volviendo en 2023.
Hoy, el acercamiento o alejamiento entre Brasil y Argentina dependerá fundamentalmente del resultado de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas. Si gana Sergio Massa, el candidato del actual Gobierno, se espera que continúen las relaciones y la cooperación con el actual presidente brasileño, manteniendo líneas similares de política exterior y acción regional tanto en el Mercosur como en otras iniciativas sudamericanas.
En caso de victoria de Massa, lo más probable es un fortalecimiento de la posición negociadora de bloques como el Mercosur frente a la Unión Europea, así como la entrada de Argentina en los BRICS en 2024.
Sin embargo, si gana Javier Milei, volveremos a ver un desajuste de agendas y visiones entre la política exterior argentina y la brasileña. Milei probablemente bloqueará la entrada de Argentina en los BRICS, grupo que ve con bastante escepticismo, y rechazará la política universalista y multilateralista de Brasil, debiendo Buenos Aires adoptar negociaciones bilaterales con socios seleccionados, sobre todo los estadounidenses, y distanciarse de China.
El resultado de las elecciones en Argentina, por tanto, nos dirá si Brasil y su mayor vecino seguirán próximos en materia de política exterior o si permanecerán separados en la defensa de sus intereses nacionales ante un escenario internacional cada vez más convulso.
Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las del equipo editorial.
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