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Humor, creatividad y sencillez. Tres ingredientes, que sustentados en el rigor del análisis de destacados expertos internacionales, son la clave para acercarte al complejo mundo de la economía y las finanzas. Javier Benítez presenta el programa. 15 minutos, todos los jueves.

El milagro alemán nunca existió: Berlín lleva de cabeza al infierno a su economía y la de Europa

El milagro alemán nunca existió: Berlín lleva de cabeza al infierno a su economía y la de Europa
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El milagro alemán nunca existió, fue un mito propagandístico inventado. Lo que sí existió fue gas y petróleo rusos muy baratos para que la economía de Alemania fuera competitiva. Pero ese tiempo acabó, ya no hay recursos energéticos rusos baratos, sino que muy caros y de EEUU, país que además se está llevando la industria germana a casa.

¿Esquizofrenia occidental?

Markus Krebber, director ejecutivo de RWE, una de las principales compañías energéticas de Alemania, advirtió que es poco probable que la industria alemana se recupere a los niveles preconflicto de Ucrania, ya que los elevados precios del gas natural licuado (GNL) importado han ubicado a la mayor economía de Europa en "desventaja". Bueno, tal vez es su verdadero sitio.
"Los precios del gas en Europa continental, especialmente en Alemania, son estructuralmente más altos ahora, porque al final dependemos de las importaciones de GNL. La industria alemana tiene una desventaja", dijo.
En un despliegue argumental totalmente embustero, el Financial Times (FT) escribe que "Alemania tuvo que desconectarse del suministro de gas natural de Rusia después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Moscú, cuando se hizo evidente que el Kremlin estaba utilizando las exportaciones de energía como arma geopolítica".
"La expresión 'tuvo que desconectarse' es absolutamente falsa. Alemania, presionada de una u otra forma, decidió desconectarse en base a razones geopolíticas, no en base a razones económicas", apunta el presidente de la Consultora Ekai Center, Adrián Zelaia.
Un sondeo realizado por la Cámara de Comercio e Industria de Alemania en septiembre pasado, encontró que el 43% de las grandes empresas industriales estaban planeando trasladar sus operaciones fuera de Alemania, siendo EEUU el principal destino. Pero, ¿por qué al país norteamericano en concreto?
Al momento de señalar la verdadera causa de lo que está ocurriendo con la industria alemana, la mirada del FT es absolutamente distinta a la que ejerce sobre Rusia. Señala que "los lucrativos subsidios de la Ley de Reducción de la Inflación para tecnologías de descarbonización están atrayendo a las empresas europeas". Claro, por si hay un despistado, no dice que esa ley es de EEUU, ni tampoco la califica como "un arma geopolítica" del país norteamericano contra Alemania y la Unión Europea en su conjunto.
Haciéndose eco de las críticas en Alemania sobre la política energética del país, Krebber dijo que la decisión de la entonces canciller Angela Merkel en 2011 de cerrar sus plantas nucleares sin reemplazar el combustible con otra fuente de energía aparte de las importaciones de oleoductos rusos fue un "error".
"Decir que Rusia estaba utilizando el gas como arma geopolítica es un absurdo. Evidentemente es una forma de ver las cosas que nos llevaría a entender que todas las relaciones económicas entre los países, son un arma geopolítica. En la medida en que hay relaciones entre los países, la posibilidad de que esas relaciones se corten o se restrinjan, puede ser un arma para cualquier país, en cualquier momento. Pero también podríamos decir lo contrario: que comprarle gas a Rusia era un arma geopolítica para Occidente contra Rusia, y de hecho, no es Rusia la que ha cortado [los suministros de gas], es Occidente el que ha utilizado esa relación con Rusia como un arma geopolítica", concluye Zelaia.
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