Los militares de EEUU están preocupados por el comportamiento de las ovejas, que suelen violar las reglas acercándose a la base militar y activando los sistemas de alarma. La controversia sobre el asunto comenzó en 2014.
La queja se ha convertido en una saga legal de más de tres años entre el Ministerio de Defensa rumano y Dumitru Bleja, dueño de las ovejas, que posee el terreno desde el año 2007.
El Ministerio de Defensa declara que Bleja debería haber obtenido un permiso para construir un refugio para sus ovejas, mientras que el granjero está dispuesto a reclamar una indemnización de hasta 18.000 euros —cerca de 22.000 dólares— si su corral resulta ser demolido.
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