"Dos vías de ferrocarril se extienden sobre el mar. Una para el movimiento de trenes hacia Crimea y la otra en dirección contraria, es decir, hacia Tamán", dijo Dmitri Petujov, vicedirector general de la ambiciosa obra de ingeniería.
Para montar las vías se utilizan de dos a cuatro gatos potentes con una capacidad de 500 a 1.000 toneladas.
El puente sobre el estrecho de Kerch, con una longitud de 19 kilómetros, está llamado a convertirse en el más largo de Rusia.
Se prevé poner en marcha la circulación de automóviles en diciembre de 2018. Mientras tanto, la línea ferroviaria tendrá luz verde en 2019.
El puente de Crimea es el proyecto de ingeniería rusa más ambicioso de los últimos años. Está siendo levantado sobre el estrecho de Kerch, en el mar Negro, y unirá la península con el resto de Rusia.