"El mal debe ser castigado, y por eso, por primera vez en la historia de Ucrania, he decidido participar en un juicio, es algo sin antecedentes que se trate personalmente de un presidente, pero es algo que nos atañe a todos", dijo el líder ucraniano en la ceremonia de inauguración de una exposición dedicada a los fallecidos durante las protestas de 2014.
A finales de noviembre de 2013, los partidarios de la eurointegración invadieron la Plaza de la Independencia de Kiev, Maidán, protestando por la decisión de suspender la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE.
En las semanas posteriores el Maidán fue el epicentro de enfrentamientos entre activistas radicales y la policía, el uso de armas de fuego y cócteles molotov causó decenas de muertos y más de un centenar de heridos por ambas partes.
Esta situación no satisfizo a los habitantes de varias regiones de esta nación, provocando el referendo de Crimea que condujo a la reincorporación de esta república a Rusia, y la creación de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y el consiguiente conflicto armado en el este de Ucrania.
Actualmente las autoridades ucranianas acusan al expresidente del país de alta traición y de haber dado órdenes que provocaron la muerte de más de 100 personas.