La nueva oleada tuvo lugar casi en el mismo sitio donde en el verano de 2017 se produjeron 2.400 temblores en un período de solo cuatro meses.
Los científicos creen que la cifra de 200 no es completamente correcta, ya que es posible que muchos más sismos pasaran desapercibidos. Es posible que estos movimientos hayan sido causados por una combinación de procesos subterráneos.
¿Prevenir la catástrofe con dinero?
La NASA tiene un plan para reducir la amenaza que representa la caldera de Yellowstone. El proyecto pasaría por taladrar un canal de 10 kilómetros de profundidad para alcanzar el supervolcán y verter agua a alta presión para disminuir allí la temperatura.
Dicha misión costaría unos 3.460 millones de dólares, pero la NASA considera que es la solución más viable.
Lea también: El supervolcán de Yellowstone podría destruir a EEUU
El calor provocado por el volcán puede ser utilizado como fuente de energía. La electricidad producida así tendría precios extremadamente competitivos, cerca de 0,1 dólares por un kilovatio.
Sin embargo, semejante operación amenaza con provocar la erupción que la NASA trata precisamente de prevenir.