El alcalde de la ciudad de Tohoku, Koji Ebina, cursó la solicitud luego de que uno de estos aviones arrojara sus tanques de combustible en un lago local tras el incendio de uno de sus motores.
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"Tenemos muchos pescadores. Un paso equivocado podría resultar en una catástrofe", dijo Ebina.
Los tanques de combustible vertidos en el lago dejaron después manchas de petróleo y provocaron preocupación entre los habitantes locales. Tras el incidente, la asociación pesquera local decidió suspender por completo la pesca en el lago hasta que se haya retirado el combustible.
Este último incidente sigue a varios episodios desafortunados en los que se vieron implicados los aviones militares estadounidenses en Japón, principalmente en la prefectura sureña de Okinawa, que alberga la mayor parte de las instalaciones militares estadounidenses en el país.