Autos y electrónica para el hogar: siete inventos soviéticos que se adelantaron a su tiempo

Este taxi era compacto, fácil de manejar y espacioso. El lugar para el equipaje estaba en la misma parte trasera. Una mampara separaba el asiento del conductor del de atrás. La puerta del pasajero era corrediza y se activaba electrónicamente. Del taxi se fabricaron solo dos unidades, una de las cuales llegó a funcionar por la calle de Moscú. El vehículo no llegó a producirse en serie.

El vehículo de bomberos ZIL Sid fue el resultado de un proyecto conjunto entre Francia y la Unión Soviética. Las dos únicas unidades con las que se experimentó aparecieron en la comuna francesa de Saint-Nazaire. Los primeros automóviles participaron en numerosas exposiciones, e incluso prestaron servicio en las instalaciones deportivas de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980. Sin embargo, el ZIL-Sid era demasiado caro y nunca se llegó a producir en serie.

Tranvía de alta velocidad Ural 6. Era capaz de alcanzar los 80 km/h y de transportar hasta 200 pasajeros por rutas urbanas, suburbanas e incluso entre ciudades. Los sistemas de calefacción y de ventilación permitieron al vehículo funcionar a una altitud de 1.200 metros sobre el nivel del mar y a temperaturas de entre +40ºC y -40ºC. El Ural 6 tampoco tuvo éxito.

Esta moto de nieve se llamaba 1980 E. A finales de la década de los 70, los diseñadores del Instituto Científico de Investigación y Diseño Industrial fueron los primeros del mundo en crear una moto con cabina cerrada, lo que hacía que fuese más cómoda y aerodinámica y resolvió el problema de la insonorización. Se esperaba que la 1980 E se convirtiese en el primer medio de transporte de invierno que fuese realmente cómodo, pero el proyecto se suspendió.

El sistema de comunicación multifunción Sphinx se llamaría simplemente en nuestros días 'casa inteligente'. Los sistemas electrónicos parecidos al Sphinx iban a introducirse en las primeras casas hacia los años 2000. En el Sphinx se podían diferenciar tres partes: brazaletes y relojes, parecidos a los actuales relojes inteligentes; dispositivos destinados a ocupar su lugar en el apartamento, y dispositivos que se instalaban en los medios de transporte. El proyecto, que recuerda estéticamente a los productos de Apple, no pasó del prototipo.

Un grupo de diseñadores soviéticos intentó, en un distrito de Tiflis —entonces capital de la República Socialista Soviética de Georgia—, organizar de otra forma el mobiliario público y darle un aire nuevo. Se adaptaron cinco módulos a diferentes estructuras, como quioscos y fuentes de agua, pasando por bancos y cajas de arena para niños. Se utilizaron materiales económicos a prueba de vándalos y hechos a partir de materiales reciclados.

Este proyecto de vagón de metro se llamaba Hilo de plata. Durante años, todos los vagones del metro de Moscú fueron iguales. Los autores del proyecto propusieron, entonces, cuatro tipos. El plan era, por ejemplo, destinar exclusivamente una parte del vagón al equipaje, algo que sería de utilidad en la línea de circunvalación que une las estaciones de tren de la capital rusa. También se diseñó un vagón solo con asientos y otro cuyas puertas se podían abrir, a la vez, desde ambos lados.