"Cientos de miles [de salmones] que escaparon de las piscifactorías [de Noruega] afectaron de manera grave el bienestar, y sobre todo el desovadero de las poblaciones salvajes del salmón atlántico en los ríos de Rusia", dijo en un congreso de acuicultura en EEUU.
Matishov señaló a Sputnik que las piscifactorías noruegas crían anualmente más de un millón de toneladas de salmones.
Explicó que cuando estos peces cultivados escapan por algún accidente, se dirigen al norte de Rusia, donde pueden hibridar con salmones salvajes.
"El salmón de nuestras aguas frías tiene mejor sabor que la misma especie criada en piscifactorías en aguas templadas", señaló a su vez la doctora en ciencias biológicas Nona Zhuravliova.
Añadió que Noruega ya estudia cómo prevenir las fugas de los salmones de sus piscifactorías.