Una de estas fiestas es la de la purificación del Siarem.
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Cientos de seguidores del antiguo culto mari suelen participar en el Siarem. En la foto: unas residentes del pueblo de Shorunzha con sus trajes nacionales en la fiesta.
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Unas residentes del pueblo de Shorunzha con sus trajes nacionales en la fiesta.
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Una residente de la aldea de Shorunzha con un traje nacional durante el Siarem.
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Durante el Siarem siete fuegos que limpian el alma son dedicados a cada uno de los dioses paganos y se leen oraciones antiguas, se montan caballos y se hacen sacrificios a los dioses. En la foto: preparación de un plato ritual en honor a la fiesta.
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Un carnero durante el festival del Siarem.
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Unos residentes de Shorunzha durante la oración de purificación del Sarem.
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Unos residentes de Shorunzha entran a una arboleda sagrada.
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Algunos de los mari son cristianos y otros musulmanes, pero respetan a sus viejos dioses paganos. En la foto: unos residentes de la aldea de Shorunzha durante una comida ritual del festival del Siarem.
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Unas residentes de la aldea de Shorunzha con sus trajes nacionales durante el Siarem.
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Sacrificio al dios Yumo en el festival del Siarem.
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Lo más importante para los mari es el respeto a las tradiciones, las costumbres y las ceremonias de sus antepasados. En la foto: residentes del pueblo de Shorunzha reparten comida para los dioses en la fiesta del Siarem.
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Calderas en las que se prepara un convite ritual en honor a la fiesta del Siarem.
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Las arboledas sagradas están protegidas y los mari intentan no ir allí a no ser que haya un motivo para no perturbar la paz del lugar. En la foto: un residente de la aldea de Shorunzha vestido con un traje nacional en un bosque sagrado durante el Siarem.
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Unos residentes de Shorunzha durante la oración de purificación del Siarem.
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Unas residentes de la aldea de Shorunzha pasan por una arboleda sagrada durante el Siarem.
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