"Tenemos contactos limitados con los talibanes para garantizar la seguridad de las instituciones extranjeras rusas y sus personales, así como de los ciudadanos rusos en Afganistán", dijo Mantitski.
Mantitski afirmó que a pesar de todos los esfuerzos Rusia "no tiene tanta influencia [en Afganistán] como algunos otros países".
Previamente, el diplomático ruso llamó a Moscú a contribuir a que el movimiento radical Talibán empiece negociar con el Gobierno afgano.
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El embajador declaró que la presencia de los combatientes del grupo terrorista ISIS (proscrito en Rusia y otros países) en el norte de Afganistán presenta amenaza para Asia Central.
"[ISIS] es un problema muy grave que no se puede menospreciar, lo peor es que se concentren en el norte de Afganistán, es decir, cerca de las fronteras con las repúblicas de Asia Central", dijo Mantitski.
Según el embajador, esa situación se agudizó tras la derrota de ISIS en Siria e Irak, después de la cual sus combatientes se trasladaron al norte de Afganistán.
Resaltó que los terroristas buscan controlar no solo el norte de Afganistán, sino también el este.
Al ser preguntado sobre un posible cruce de fronteras por los terroristas, Mantitski respondió que Rusia quisiera saberlo también pero de momento no dispone de esa información.
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanzan los talibanes y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico), ambos prohibidos en Rusia, pese a la presencia militar de EEUU y otros países de su órbita.
Respecto a eso, dijo el embajador, se solicitó la información a los socios occidentales que controlan el espacio aéreo de Afganistán.