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Africanos: los inesperados privilegiados de la Corte real rusa (fotos)

Cuando en EEUU se explotaba la esclavitud, en Rusia los africanos se convertían en generales en jefe. Descubre cómo.
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En contraste con otros países, en Rusia nunca ha sido considerado un insulto llamar a una persona de piel oscura 'negro'. Es más, durante muchos siglos se utilizaba una palabra especial: 'arap' (una variante de la palabra 'árabe'), que según un viejo diccionario servía para denominar a "una persona de piel negra por naturaleza, por tribu, un hombre de piel negra de países cálidos, especialmente de África".

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Tras la caída de la antigua dinastía de los Rúrikovich y el final de la sangrienta Guerra Civil de 1598-1613, surgió una Rusia renovada que década tras década miraba cada vez más hacia Occidente, adoptando hábitos propios de las cortes europeas, como la presencia de africanos en la corte. Los primeros araps que llegaron a tierras rusas se encargaron de servir a Ksenia Shestova, madre de Miguel I, el primer zar de la dinastía Románov.

Cuanto más se estrechaban los lazos entre Europa y Rusia, más araps llegaban a la corte y hogares de los nobles rusos. Algunos arribaron a Rusia como regalo de los gobernantes de Oriente, mientras que otros llegaron desde Europa de la mano de diplomáticos rusos.

Durante el primer cuarto del siglo XVIII, los araps tuvieron su propio cargo oficial en la administración general del Estado ruso. Así, en el reinado de Catalina II había diez araps en la Corte Imperial. A principios del siglo XIX, su número aumentó a 20.

Los araps pertenecían a la clase de los cortesanos 'ambulantes', es decir, siempre seguían a la corte durante sus desplazamientos por la vasta Rusia. En los palacios se encargaban de vigilar los pasillos interiores y podían acompañar a los invitados hasta el despacho del mismísimo emperador.

Una pintura de Mihály Zichy con un arap de la Corte Imperial rusa
Antes de Navidad, los araps compraban regalos que debían colocarse debajo de un árbol de Navidad. Esta última tradición, según Nina Tarasova, empleada del Museo del Hermitage, simbolizaba la ofrenda de regalos de los Reyes Magos, uno de los cuales, Baltasar, llegó a Tierra Santa desde África según la tradición.

Al mismo tiempo, los araps rusos no eran sirvientes humildes. Además de gozar de un cargo oficial, tenían un salario muy decente, aunque lo que más dinero requería era la confección de sus lujosos trajes, que corría a cuenta de la Tesorería rusa.

Vestido ceremonial de un cortesano arap
Para convertirse en 'arap de la Corte Imperial rusa', los ciudadanos extranjeros tenían que presentar una petición al ministro de la Corte, un certificado de finalización del servicio militar y un permiso de residencia. También tenían que profesar el cristianismo.

Por ejemplo, Ibrahim Hannibal, hijo de un príncipe africano vasallo del sultán turco, abandonó el islam para servir a Pedro el Grande y prosperó: se convirtió en el ingeniero militar jefe del Ejército ruso con el rango militar de general en jefe.

Pedro el Grande con un paje africano (acuarela alemana de 1707)

Ibrahim Hannibal
Su bisnieto, Alexandr Pushkin, llegaría a ser el mejor poeta ruso y uno de los padres de la lengua rusa moderna.

Alexandr Pushkin en la infancia
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