Este 27 de agosto entraron en vigor las nuevas sanciones de EEUU contra Rusia en relación con el ataque contra el exagente Serguéi Skripal y su hija Yulia en el Reino Unido, del que Washington, en solidaridad con Londres, acusa a las autoridades rusas.
"Todas las acusaciones mencionadas son efímeras, mientras las sanciones impuestas hoy son bastante reales", dice la nota.
Zajárova precisó que las medidas de EEUU cierran "los programas de cooperación técnica, prohíben las ventas de las mercancías de uso militar a Rusia, suspenden la financiación de los programas militares rusos".
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Además, agregó, Washington deja de "otorgar préstamos de Estado y ayuda financiera, el Departamento del Tesoro estadounidense pone fin a la concesión de las licencias para las exportaciones de los productos y las tecnologías de doble uso para las empresas rusas con participación estatal o con financiación pública".
En opinión de la diplomática rusa, la decisión de EEUU forma parte "de una política dirigida a desvirtuar la estructura internacional del control de armas y el régimen de no proliferación, así como del ámbito de prohibición de las armas químicas".
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La nota destaca que "a diferencia de EEUU, Rusia sigue estando comprometida con sus obligaciones: destruyó por completo todo el potencial químico-militar, lo que fue verificado incluso por especialistas estadounidenses".
"Es triste que la élite política de EEUU no pueda aceptar una simple verdad: las medidas de sanción no son capaces de obligar a Rusia a renunciar al rumbo que eligió, encaminado a defender sus intereses nacionales", concluye el escrito.