De este modo, el déficit aumentó hasta el 3,9% del PIB, el punto máximo desde 2012.
Durante el año fiscal 2017, los gastos presupuestarios crecieron en 127.000 millones de dólares (3,2%) y los ingresos, en 14.000 millones (0,4%). Entre los ámbitos que sufrieron un crecimiento de gastos más brusco se hallaron la seguridad social y la defensa, con 43.000 y 33.000 millones respectivamente.
Por su parte, los ingresos fiscales redujeron, en particular, el impuesto sobre la renta que disminuyó en unos 76.000 millones.
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Este fenómeno se ve causado por la reducción fiscal de diciembre de 2017 que llevó a cabo el presidente de EEUU al reducir la tasa de impuestos para las empresas del 35 al 21%.
Pese al creciente déficit presupuestario y la deuda estatal récord, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos elogia a la actividad del mandatario estadounidense. "El presidente Trump sigue fomentando una increíble fortaleza económica que contrasta con las políticas de la Administración anterior", dice el comunicado.