Ciencia

Made in Russia: el primer nanosatélite ruso vive más de lo esperado y no planea retirarse

El aparato espacial de la clase 'nano' TNS-0 №2, diseñado para probar la plataforma de base para los microsatélites rusos del futuro, ha logrado funcionar en la órbita durante 14 meses y hasta la fecha su funcionamiento sigue siendo óptimo.
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El TNS-0 №2, creado por la empresa Russian Space Systems, difiere del enfoque tradicional usado en los satélites rusos y representa la filosofía de un aparato espacial finalizado.

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Otro rasgo importante es que es 'profesional': habitualmente el formato de los nanosatélites de 10 kilogramos es preferido por los estudiantes y laboratorios científicos pequeños, y en el caso de este aparato lo creó y fabricó una empresa espacial de pleno derecho, cumpliendo con todos las normativas de los satélites más grandes.

Además, hasta su lanzamiento fue inusual: fue puesto en órbita manualmente por los cosmonautas rusos durante una caminata espacial.

Estaba previsto que la vida útil del aparato experimental sería de 3 a 5 meses, pero sigue funcionando hasta la fecha y ni siquiera planea retirarse. Según estiman en la empresa, podrá funcionar durante dos años más, lo que permitirá obtener datos valiosos sobre el rendimiento de sus equipos en las condiciones adversas del espacio.

Según desprende del comunicado de la empresa-creadora, el TNS-0 №2 permitió ensayar varios equipos y tecnologías prometedoras.

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Primero, se probó con éxito el sistema de navegación autónoma de diseño ruso. Los datos comunicados por el sistema permiten orientar con precisión las antenas de ondas ultracortas hacia el satélite para intercambiar datos.

Habitualmente, los nanosatélites dependen de los sistemas extranjeros para esto, como la estadounidense NORAD.

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Segundo, el aparato ensayó el sistema de comunicación satelital Globalstar.

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El módem del sistema instalado en el TNS-0 №2, permitió conectarse con el satélite por internet, una cualidad útil para las aplicaciones prácticas del satélite o para los equipos de investigación.

Tercero, el nanosatélite ruso confirmó la eficacia y alto rendimiento de los paneles solares experimentales que alimentan el aparato.

Así, la misión inicial del TNS-0 №2 ya alcanzó sus objetivos de probar los equipos de a bordo, y pasó a la segunda y algo inesperada fase de determinar los plazos máximos de funcionamiento de un satélite de esta clase en el espacio. Al final de la vida útil, se estudiará el proceso de la reentrada del satélite en la atmósfera.

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