El economista subrayó que las empresas italianas tienen dos ventajas considerables. Por una parte, utilizan las tecnologías modernas, por otra, reciben apoyo de las organizaciones económico-financieras.
Respecto a ello, el experto valoró el hecho de que el mandatario ruso, Vladímir Putin, prestara atención tanto al jefe del Gobierno, como a los empresarios italianos. Según el director del SACE, aquella reunión seguramente ha despertado el interés de los inversores italianos por estrechar los lazos comerciales con Rusia.
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Actualmente, Rusia ya es el segundo mercado de inversiones para la organización. Decio afirmó que valora muy positivamente la oportunidad de invertir en Rusia.
"Quedó claro que el sistema económico ruso se va recuperando. El aumento de los precios del petróleo también juega a favor de ello. Siempre he dicho que el Gobierno ruso sabe actuar en situaciones críticas, y el sistema económico ruso lo demuestra", afirmó.
Hoy en día, los inversores italianos están satisfechos con la situación en el mercado ruso y examinan varias posibilidades de cooperación.
Por una parte, los empresarios italianos esperan que la colaboración con Rusia —en particular, en al ámbito petrolero y químico— impulse el desarrollo de pequeñas compañías italianas que deberían sumarse a la actividad de gigantes industriales.
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A su vez, la industria rusa también recibirá un impulso gracias a las tecnologías, la experiencia y el profesionalismo de los socios italianos.
A modo de conclusión, el director del SACE indicó que varios ámbitos de la industria italiana son famosos por fabricar productos de calidad excepcional. Últimamente, los productores examinan la posibilidad de reemplazar el concepto 'hecho en Italia' por el de 'hecho junto con Italia', agregó.
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Este concepto resulta pertinente para la realidad actual de Rusia. Al mismo tiempo, las entidades italianas podrán compartir su experiencia y profesionalismo con el país euroasiático, advirtió.