El nuevo presupuesto establece considerables reducciones en los gastos gubernamentales y un aumento de los impuestos. Estas estrictas medidas se producen después del anuncio que hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI) en septiembre.
En particular, el FMI acordó con Argentina el desembolso de un total de 56.300 millones de dólares. No obstante, muchos argentinos se oponen a este acuerdo porque responsabilizan a la organización por la crisis económica que vivió el país suramericano entre el 2001 y 2002.
Con la anuencia del FMI, el Gobierno de Mauricio Macri consiguió aprobar el 24 de octubre en la Cámara de Diputados un controvertido presupuesto que plantea severos recortes en casi todas las áreas para alcanzar el déficit primario cero.
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