En una rueda de prensa el vicecanciller ruso señaló que "representantes de EEUU llevan mucho tiempo viajando por los países europeos para explicarles el daño político que sufrirán si aceptan continuar con la cooperación en el ámbito gasístico [con Rusia], que es beneficioso sobre todo para los propios europeos".
Sin embargo, "en la actualidad tenemos todo lo necesario para que este proyecto, que es puramente comercial, sea implementado: se firmaron todos los contratos necesarios, se llevan a cabo las obras, así que estamos seguros de que el proyecto se va a implementar, tomando en consideración su justificación económica", dijo.
El 13 de noviembre, el embajador de EEUU ante la Unión Europea, Gordon Sondland, declaró que Washington está dispuesto a utilizar numerosos instrumentos para frenar el proyecto Nord Stream 2.
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Según explicó, el gasoducto haría muy vulnerable a Europa y, por consiguiente, a Estados Unidos.
Países como EEUU, Ucrania, Letonia, Lituania y Polonia expresan su rechazo a la construcción del gasoducto, alegando que haría aumentar la dependencia del gas ruso.
Moscú y Berlín coinciden en que el Nord Stream 2 es un proyecto puramente comercial.