"Yo he dicho que si el Parlamento [catalán] me inviste presidente regresaré a Cataluña como presidente de la Generalitat [Gobierno catalán] y entraré al Palau [sede del Gobierno catalán] como presidente", asegura.
El exmandatario se inclina a pensar que las autoridades españolas "no podrían evitarlo" ya que "tendría todo el derecho del mundo, como presidente de Cataluña, a entrar, como pasa en cualquier país de Europa", y detalla que no entraría "de manera clandestina".
"Primero te lo quitamos todo y luego te ponemos una querella por unos hechos que ocurrieron cuando eras el presidente", denuncia.
El político catalán fue cesado por el Gobierno español luego que este interviniese la Generalitat en virtud del artículo 155 de la Constitución Española.
El artículo 155 de la Constitución Española permite al Ejecutivo central, previa autorización del Senado (Cámara Alta del Parlamento), intervenir una administración autonómica para restablecer la legalidad, y fue aplicado por primera vez el 27 de octubre de 2017, el mismo día en que el Parlamento de Cataluña aprobó la declaración de independencia basándose en los resultados del referéndum unilateral de autodeterminación del 1 de octubre de 2017, declarado anticonstitucional por la Justicia española.
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Poco después de que el Parlamento catalán aprobase la declaración de independencia, Puigdemont y otros miembros de su gabinete trasladaron su residencia a Bélgica con el fin de eludir la acción de la Justicia española, que reclamó después su extradición por presuntos delitos de rebelión y malversación de fondos relacionados con la organización de la consulta soberanista.
"En estas circunstancias", explica Puigdemont, "no es ninguna provocación que yo vaya al Palau de la Generalitat como presidente de la Generalitat porque eso sí que es una verdadera restitución".
La restitución no es "ir a defenderme personalmente", agrega al subrayar que la restitución "es volver a Cataluña como presidente de Cataluña, no como Carles Puigdemont".