Fédorova recordó que cuando se fue de Rusia para participar en este concurso sintió mucha tensión porque le dieron el visado en el último momento.
Experiencia inolvidable
Según la modelo, en 2002 las concursantes visitaron muchos eventos benéficos y subastas. El nivel de la organización del concurso fue alto. Además, los organizadores exigían una gran disciplina y concentración de las chicas: se acostaban tarde y se levantaban temprano.
Actualmente los organizadores eligen a candidatas que corresponden a un estándar de belleza promedio. Fédorova recuerda que en el 2002 el concurso no funcionaba así.
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"Me sorprendió el hecho de que en el hotel había un café que trabajaba 24 horas y ofrecía a las chicas acceso no restringido a yogures, galletas y bombones. Este era el lugar donde nos encontrábamos, nadie se preocupaba por la figura, recuerdo que las chicas eran absolutamente diferentes: altas, pequeñas, esbeltas y un poco más macizas", recalcó.
La fórmula del éxito
Fédorova considera que la opinión del jurado es el factor más importante que influye en el resultado del concurso.
"Tuvimos tres jurados antes del concurso final. Los miembros de un jurado hablaban con cada aspirante, los del otro tenían que estimar la figura. Había jurados diferentes para que pudieran formar una opinión de pleno valor sobre cada una de las concursantes", enfatizó.