"En este momento me dirijo a la población de Indonesia, que se ha visto afectada por violentas catástrofes naturales, que han causado graves pérdidas de vidas, numerosos desaparecidos y personas sin hogar y considerables daños materiales", dijo el pontífice tras la oración del Ángelus.
"Estoy espiritualmente cerca de las personas desplazadas y de todas las personas que han sido probadas, implorando alivio de Dios en su sufrimiento. Hago un llamamiento a estos hermanos y hermanas para que no les falte nuestra solidaridad y el apoyo de la comunidad internacional", precisó.
Al menos 222 personas perdieron la vida, 843 resultaron heridas y 28 siguen desaparecidas a causa de un tsunami de origen volcánico que golpeó el 22 de diciembre las costas del estrecho de Sonda entre las islas indonesias de Java y Sumatra, según el balance de última hora proporcionado por la Agencia de Mitigación de Desastres de Indonesia (BNPB).
El cataclismo también causó daños materiales a 556 viviendas, nueve hoteles y 350 embarcaciones.
Las municipalidades de Pandeglang y Serang, en las costas del noroeste de Java, y las de Lampung y Tanggamus, en Sumatra, son las más afectadas por el tsunami.