Según comunica la página del parque, se trató de una gueparda y su cachorro de 14 meses que permanecían en la sombra de un árbol mientras observaban cómo el antílope se desangraba a la intemperie. Varios turistas se asustaron al ver a los depredadores más veloces del mundo, mientras que otros se apresuraron para capturar una imagen casi exclusiva.
La vida en la naturaleza está llena de peligros y una crueldad difícil se consentir por el ser humano. El domador de animales ruso Askold Zapashni, entre otras cosas compartió recientemente con Sputnik que la sociedad humana está llena de clichés sobre la vida silvestre, inculcados por las películas animadas y Hollywood. La vida salvaje, dice, "es un verdadero infierno en el que la mayor parte del tiempo los animales simplemente intentan sobrevivir".